Regreso a Casa, por Noé Valdés
Como los eventos de los políticos del gobierno de Veracruz ya no dan pie ni para una nota de color, este 19 de junio aproveché para estar en la ceremonia donde ascendería monseñor Hipólito Reyes Larios como obispo metropolitano, quien a partir de esta fecha pastoreará a los feligreses de la diócesis de la capital veracruzana.
Me apersoné en las esquina de la escuela Artículo 3º donde era la cita y se congregaría la gente para acompañar en una caminata hasta el seminario Mayor al recién desempacado Obispo de Xalapa; Me pareció que hubo un poco de desorganización porque la gente caminaba sin saber a dónde iba, en fin a las 11 en punto el señor Arzobispo Hipólito Reyes bajó de una camioneta blanca y de inmediato los feligreses que se encontraban ahí lo reconocieron y se abalanzaron para saludarlo.
Recordé los años de gloria del PRI cuando llegaba un candidato a donde sería el mitin y los que lo esperaban a empujones y como dios les diera a entender trataban de llegar al personaje y casi hacían lo mismo en esta ocasión con el señor obispo, al político también casi le besaban la mano, porque era la esperanza para su pueblo, aunque con el tiempo fueran viendo que no cumplían con lo que prometían y terminaban odiándolo.
De esa manera los feligreses se empujaban y se codeaban para tratar de llegar al futuro pastor de la diócesis de Xalapa; cuando las personas lograban alcanzar su meta lo abrazaban y le besaban la mano, otros o más bien otras porque la mayoría de los que se le acercaban eran mujeres, con solo tocar su ropa se conformaban, sobre todo de la diócesis de Orizaba que se desmañanaron para salir muy temprano desde sus lugares de origen y estar presente en la ascensión.
La policía y otros disfrazados de civiles y algunos agentes de tránsito trataban de abrir una valla para que monseñor pudiera avanzar y le era prácticamente imposible porque todos querían por lo menos tocar la ropa de obispo; en este jaleo hubo quienes tuvieron que tocar el polvo porque los empujones estaban de a peso.
Los colores del Vaticano se miraban por todos lados, en las señoritas que la hacían de edecanes, en las casas los globos y en los pasacalles que colocaron en la avenida que Monseñor Hipólito recorrió estaba techada de pasacalles de color amarillo y blanco. Haciendo dos filas, señores y señoras con banderas y en ellas leyendas de La legión de María, o del Corazón de Jesús, se miraban que poco a poco avanzaban anunciado que ya estaba el nuevo jerarca de la iglesia de Xalapa.
Y así precedido por muchos feligreses que algunos aun cargaban sus morrales o maletas donde traían su bastimento para desayunar y en fila un grupo de sacerdotes ataviados con sotanas blancas y monjas con vestidos abajo de la rodilla y de color azul, como las adoratrices de maría, algunas de rojo otras de café y otras de negro, avanzaban cantando alabanzas.
Más de veinte minutos de caminata y por fin llegaban al zaguán de la entrada al seminario, volvía el hijo pródigo que salio de ahí desde hace 7 años cuando fue a cumplir una misión que le encomendó Juan Pablo II en la ciudad de Orizaba cuando lo nombraron en la recién creada en esos tiempos diócesis de Pluviosilla, llegaba otra vez el hombre que había vivido en ese seminario 26 años de su vida seminarística y sacerdotal.
Ya en el interior del seminario el ungido se separó de la gente y se fue a una sala donde ya lo esperaban los obispos invitados el aún Arzobispo de Xalapa Sergio Obeso y a la hora convenida, con escasos minutos de retraso se inició la peregrinación de los sacerdotes, obispos y arzobispos rumbo al altar donde sería la toma de posesión. Pasó a la prosesión por entre la gente y los aplausos no se dejaron esperar, alguien cerca de mi gritó: “¡Obeso Rivera te queremos!”; algunas mujeres rompieron la fila y fueron a saludar al nuevo obispo de Xalapa, a todo mundo saludaba y ya para llegar al altar se encontraron con unos personajes que parecían los integrantes de la danza de Coahuitlán “Moros y cristianos”, mas tarde me entré que eran Los Caballeros de Colon” venidos de diferentes diócesis.
Ya en la misa a la hora de la entrega del báculo cuando tomó la palabra Moseñor Sergio Obeso dijo, “hubiéramos recibido con espíritu de fe y agrado a quien nuestro padre Cristo, su Santidad Benedicto XVI nombrara, sin embargo estoy seguro que todo el pueblo de Dios de la arquidiócesis junto conmigo está particularmente gozoso, porque el designado haya sido Monseñor Hipólito; la razón porque usted Monseñor Polo (permítame llamarlo así) viene a su casa de la que salió hace 7 años para ir a pastorear a la amada hermana diócesis de Orizaba, por eso querido Monseñor le doy la bienvenida encabezando a todo el pueblo de Dios que peregrina en ésta región de nuestro querido estado de Veracruz. Al entregar el Báculo signo de pastoreo no puedo ocultar que lo hago con nostalgia porque en verdad he querido a este pueblo”.
Y cuando toco el turno de hablar a Monseñor Hipólito Reyes dijo; “Somos embajadores de Cristo y a todos invitamos a la reconciliación. Permítanme aplicar a mi propia vida personal y a mi vocación esta maravilla de la reconciliación ofrecida por cristo; me motiva también en esta narración los textos de Isaías 43 sobre el nuevo éxodo y la ingratitud del pueblo de Israel, así como el texto de Oseas II sobre el amor de Dios con su esposa infiel. El primer éxodo que el señor me concedió fue en 1965 cuando tenía 18 años, recuerdo algunos fragmentos de dos canciones románticas que pueden expresar plenamente lo acontecido, “Eres como una espinita que se me ha clavado en el corazón” referente a la vocación como una presencia interior que yo mismo me quería sacudir y no me era posible y además unas frases del hermoso bolero Amar y Vivir que dice, “no quiero arrepentirme después de lo que pudo haber sido y no fue” de esta manera el señor me sacó del Egipto de mis pecados de adolescencia y movido por el espíritu santo me condujo a la tierra prometida del seminario menor y mayor de Xalapa y el espíritu santo me acompañó”.
Y así se llevó a cabo la ceremonia de cambio de obispo de Xalapa, entre los invitados de honor estuvo Fidel Herrera Gobernador de Veracruz, su hijo Javier Herrera Borunda, la directora del Dif, Noemí Quirasco de Derechos Humanos en Veracruz, Carlos Rodríguez en su carácter de subsecretario de gobierno, y no podían faltar los personajes que quieren sacar raja de estos eventos como Eduardo Valdez que quiere la alcaldía de Xalapa, Dalia Pérez que quiere la diputación también por la Atenas y Jon Rementería que la quiere por Veracruz puerto.
Así sucedieron las cosas en el seminario Mayor en donde fue la toma de posesión del nuevo Arzobispo de Xalapa y en donde se congregaron mas 6 mil feligreses venidos de todas las diócesis de Veracruz y unos mil policías venidos de la secretaria de Seguridad Pública.
Estuvieron presentes los 8 arzobispos de Veracruz, el Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez Chiapas, Yucatán, del Valle Chalco del Estado de México, de Huautlan Oaxaca, Texcoco, Michoacán, Tlaxcala, Monseñor Pedro López Gallo de Vancouver Canadá, de Apatzingan Michoacán, de la ciudad de Oaxaca, de Tula Hidalgo y de Colima…cualquier comentario sobre este santificado texto favor de enviarlo a valdesnoe@yahoo.com
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