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Llorar, demostración de lo humano
Noé Valdés
En una ocasión -yo era veinteañero- me dieron la encomienda de leer un texto en público, un texto por un amigo que ya se nos había adelantado al viaje sin retorno, cuando lo estaba leyendo, me ganó la emoción y aparecieron las lagrimas, lagrimas que me salieron del corazón y no me dejaban terminar el discurso, cuando logre dar fin con él encargo, vinieron los aplausos y ya en la plática, alguien se me acercó y me dijo, eso de que le gane a uno la emoción y llegue el llanto, es por falta de madurez. No supe que contestar, me quede pensando aquella reflexión y me dije, este señor es un tonto, cuando le gana a uno la emoción es porque en el cuerpo corre sangre, hay sensibilidad en el alma y sobre todo humanidad, ¡qué falta de madurez ni que ocho cuartos!
El tiempo me ha dado la razón, Por la TV miré a Lula Da Silva, cuando ya sabía que era inevitable entregar la estafeta del gobierno brasileño, en ese momento le ganó la emoción y se le rodaron las de cocodrilo,
Mario Vargas Llosa, premio nobel de literatura, cuando decía su discurso en el evento de la entrega del premio, también se le rodaron las de San Pedro y no creo que estos personajes no tengan la suficiente madurez, ¡claro que la tienen!, pero hay que entender que por sus venas les corre sangre, no atole y son seres de carne y hueso, que sienten y ¿Por qué no?, también les gana la emoción y es algo que la verdad, no se puede contener, menos ocultar.
Hace unos días, el Maestro Guillermo Zúñiga Martínez, presento su libro “La nueva pedagogía social”, en donde publica 92 artículos, es una buena selección de textos, todos relacionados a la educación, donde el maestro Zúñiga demuestra con hechos su conocimiento de lo que es la educación y de manera especial recuerda a los hombres que dedicaron su vida a la enseñanza, maestros que tomaron su profesión con la fuerza de un verdadero apostolado y les interesaba que lo que ellos sabían lo transmitían con toda la emoción, sabiendo que eran las nuevas generaciones las que se beneficiaban con su saber.
Es un libro que vale la pena leer, la presentación a cargo de José Velasco Toro es magnífica y dice: “Desde que le conozco, tres son las vertientes que he observado constantes en Guillermo Zúñiga Martínez: su pasión por la política, su inquebrantable preocupación por la educación y el sentido esencial de la amistad”.
El prólogo de Salvador Valencia Carmona, dice: “Es Guillermo Zúñiga Martínez pensamiento vigoroso y verbo vibrante, cualidades que ha empleado para servir a la comunidad, jamás para lucimiento personal o retórico. Decidió siendo recién egresado trabajar para nuestros indígenas en el pueblo de Zongolica, pese a que él enérgico gobernador Fernando López Arias, quien vio en él a un limpio y aguerrido dirigente estudiantil, le había propuesto que seleccionara dónde desempeñar su servicio social”.
El auditorio de los notarios en la calle de Bravo, fue insuficiente para dar cabida a tantos amigos del maestro, estuvo la sala a reventar y el Maestro Zúñiga cuando le dijeron que ahí estaba su familia y sobre todo sus nietos, también le ganó la emoción y la vos se le cortó. Los aplausos de todos los ahí presentes lo sacaron de esa emoción para poder continuar con su intervención.
¿Qué opina amable lectora y lector?, ya ve que no es falta de madurez cuando la emoción nos gana y nos interrumpe un discurso, lo que pasa es que somos seres que miramos, escuchamos y sentimos y es sangre la que corre por las venas, por eso se siente esa emoción que nos hace perder el ritmo de un discurso. Es posible que para muchos les de vergüenza que las lagrimas salgan sin el permiso; pero quien nunca ha sentido esa emoción, es que no ha vivido.
DORMIR BIEN
¿Qué tal duerme amable lectora y lector?, ¡bien!, ¿pues que se saco la lotería el 24, el 31 de diciembre o el 6 de enero?, porque la mayoría de los compatriotas estamos que no nos calienta ni el sol, con eso de que continúan subiendo los combustibles y por lo consiguiente subirán los víveres y de paso las colegiaturas en las escuelas particulares y ya no se diga cuando los del servicio urbano les dé chance el gobierno y también le suban al pasaje, entonces que dios nos agarre confesado…Cualquier comentario sobre este llorón texto, favor de enviarlo a valdesnoe@hotmail.com
Llorar, demostración de lo humano
Noé Valdés
En una ocasión -yo era veinteañero- me dieron la encomienda de leer un texto en público, un texto por un amigo que ya se nos había adelantado al viaje sin retorno, cuando lo estaba leyendo, me ganó la emoción y aparecieron las lagrimas, lagrimas que me salieron del corazón y no me dejaban terminar el discurso, cuando logre dar fin con él encargo, vinieron los aplausos y ya en la plática, alguien se me acercó y me dijo, eso de que le gane a uno la emoción y llegue el llanto, es por falta de madurez. No supe que contestar, me quede pensando aquella reflexión y me dije, este señor es un tonto, cuando le gana a uno la emoción es porque en el cuerpo corre sangre, hay sensibilidad en el alma y sobre todo humanidad, ¡qué falta de madurez ni que ocho cuartos!
El tiempo me ha dado la razón, Por la TV miré a Lula Da Silva, cuando ya sabía que era inevitable entregar la estafeta del gobierno brasileño, en ese momento le ganó la emoción y se le rodaron las de cocodrilo,
Mario Vargas Llosa, premio nobel de literatura, cuando decía su discurso en el evento de la entrega del premio, también se le rodaron las de San Pedro y no creo que estos personajes no tengan la suficiente madurez, ¡claro que la tienen!, pero hay que entender que por sus venas les corre sangre, no atole y son seres de carne y hueso, que sienten y ¿Por qué no?, también les gana la emoción y es algo que la verdad, no se puede contener, menos ocultar.
Hace unos días, el Maestro Guillermo Zúñiga Martínez, presento su libro “La nueva pedagogía social”, en donde publica 92 artículos, es una buena selección de textos, todos relacionados a la educación, donde el maestro Zúñiga demuestra con hechos su conocimiento de lo que es la educación y de manera especial recuerda a los hombres que dedicaron su vida a la enseñanza, maestros que tomaron su profesión con la fuerza de un verdadero apostolado y les interesaba que lo que ellos sabían lo transmitían con toda la emoción, sabiendo que eran las nuevas generaciones las que se beneficiaban con su saber.
Es un libro que vale la pena leer, la presentación a cargo de José Velasco Toro es magnífica y dice: “Desde que le conozco, tres son las vertientes que he observado constantes en Guillermo Zúñiga Martínez: su pasión por la política, su inquebrantable preocupación por la educación y el sentido esencial de la amistad”.
El prólogo de Salvador Valencia Carmona, dice: “Es Guillermo Zúñiga Martínez pensamiento vigoroso y verbo vibrante, cualidades que ha empleado para servir a la comunidad, jamás para lucimiento personal o retórico. Decidió siendo recién egresado trabajar para nuestros indígenas en el pueblo de Zongolica, pese a que él enérgico gobernador Fernando López Arias, quien vio en él a un limpio y aguerrido dirigente estudiantil, le había propuesto que seleccionara dónde desempeñar su servicio social”.
El auditorio de los notarios en la calle de Bravo, fue insuficiente para dar cabida a tantos amigos del maestro, estuvo la sala a reventar y el Maestro Zúñiga cuando le dijeron que ahí estaba su familia y sobre todo sus nietos, también le ganó la emoción y la vos se le cortó. Los aplausos de todos los ahí presentes lo sacaron de esa emoción para poder continuar con su intervención.
¿Qué opina amable lectora y lector?, ya ve que no es falta de madurez cuando la emoción nos gana y nos interrumpe un discurso, lo que pasa es que somos seres que miramos, escuchamos y sentimos y es sangre la que corre por las venas, por eso se siente esa emoción que nos hace perder el ritmo de un discurso. Es posible que para muchos les de vergüenza que las lagrimas salgan sin el permiso; pero quien nunca ha sentido esa emoción, es que no ha vivido.
DORMIR BIEN
¿Qué tal duerme amable lectora y lector?, ¡bien!, ¿pues que se saco la lotería el 24, el 31 de diciembre o el 6 de enero?, porque la mayoría de los compatriotas estamos que no nos calienta ni el sol, con eso de que continúan subiendo los combustibles y por lo consiguiente subirán los víveres y de paso las colegiaturas en las escuelas particulares y ya no se diga cuando los del servicio urbano les dé chance el gobierno y también le suban al pasaje, entonces que dios nos agarre confesado…Cualquier comentario sobre este llorón texto, favor de enviarlo a valdesnoe@hotmail.com
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