Sunday, August 15, 2010

Fotocomentadas

Una luz en el túnel de los indígenas

Noé Valdés

Me gusta que a Javier Duarte de Ochoa, futuro Gobernador de Veracruz, a temprana hora le haya caído el veinte. Hace unos días se recordó el Día Internacional de las poblaciones indígenas, en ese evento, Duarte de Ochoa expresó. “No se puede hablar de desarrollo económico y de justicia social sin pensar en las deudas y rezagos históricos que se tiene con los pueblos indígenas de Veracruz”, así se expresó Javier Duarte y añadió que un progreso equitativo es respetar a los veracruzanos que son nuestras raíces e identidad.

El evento fue una buena oportunidad para que Duarte hablara del tema y expresara que los próximos seis años, será una buena oportunidad de corresponder a la confianza y la paciencia de los hermanos indígenas, quienes esperan un gobierno capaz de responder a sus demandas, de solucionar sus problemas que han padecido desde siempre, desde antes que llegaran los conquistadores.

Mas adelante en la entrevista, dijo, “Hoy estamos frente a un reto histórico y tenemos muchas deudas que saldar; sé que tengo la responsabilidad social, pero sobre todo moral de responder y corresponder a la confianza de nuestros hermanos indígenas; pronto tendremos la oportunidad de servir y de apoyar a los veracruzanos porque todos, absolutamente todos, harán posible que Veracruz crezca cuando haya mejores condiciones de vida para todos”.

También comento Javier Duarte que en Veracruz tenemos cerca de un millón 350 mil indígenas en 76 de los 212 municipios que forman la geografía veracruzana y, que están en espera de políticas públicas integrales, en espera de programas y acciones de educación, salud, medio ambiente y derechos humanos.

En realidad, los indígenas han esperado desde siempre, hay generaciones que nacieron en las montañas, en las laderas, en las cañadas, junto a los ríos y lo único que conocieron fue a la familia, a su choza, los más afortunados conocieron a sus padres, a sus hermanos; conocieron el azadón, el machete, el hacha y a sus pocas pertenencias, nunca salieron de sus terruños porque sus medicinas eran las hierbas, las hojas y las cascaras de los arboles, jamás conocieron un hospital porque el más cercanos estaba a varias lunas de camino.

No hablemos que hayan conocido la escuela, si acaso el día de mercado de la más cercana comunidad y párele de contar, porque jamás conocieron su cabecera municipal. En el caso de los voladores de Papantla, ellos han conocido al mundo por su osadía de retar a la vida en su colorido y folclórico rito, tan solo por eso han conocido el mundo, de otra manera, estarían dándole duro al barbecho de la tierra para sembrar el maíz, el frijol, la vainilla y todo lo que la generosa tierra del totonacapan le da a sus hijos.

Ya lo comente en una ocasión y hoy lo vuelvo a comentar, esta es una buena oportunidad para que el señor Duarte, quien a simple vista se mira que le interesa a los indígenas de Veracruz. Cuando yo incursione por primera vez, lo hice en la región de Zontecomatlan, eran los albores de la década de los 70s, para llegar a Zontecomatlan, porque el camino serpenteaba, había que cruzar el Rio Calabozo, por lo menos en cuatro ocasiones. En el 2006 cuando decidí hacer un registro fotográfico de mis hermanos los indígenas, me fue más fácil llegar Zonte, pero llegue hasta Ilamatlan y aun el camino es de terracería.

Lo peor es que cuando llegue a Ilamatlan, ya no encontré a una sola persona que se vistiera como sus mayores, la vestimenta autóctona a desaparecido, ni los colores de los vestidos, del quesquémen, de los velos y el calzón blanco, todo a desaparecido, las y los jóvenes se visten con pantalones de mezclilla, las chicas que tuvieron la oportunidad de estar en alguna ciudad grande, ahora lucen un arete en el ombligo y un tatuaje en la cadera. El idioma ya solo la gente grande lo habla y si se pierde el idioma natal, se pierden los cuentos, las historias, los poemas, las canciones. Esto sucede en todas las regiones veracruzanas donde viven los indígenas, sucede en Jojocapa, en Chahuatlan, Zontecomatlan, Colatlan, Benito Juárez, con excepción de Cerro Ixcacuatitla, ahí las mujeres, los hombres y los niños aun haces sus ritos de Lava manos y le llevan de comer al pozo, aun le van a dar gracias a la madre tierra por la cosecha.

En la región del Totonacapan, en Zozocolco, Coyutla, Cosquihui, Filomeno Mata, Espinal, también se están perdiendo las costumbres. Pero hay que reconocer que en la comunidad de Coahuitlan, en el municipio de Progreso de Zaragoza, ahí nuestros hermanos los indígenas si han conservado sus costumbres, su vestimenta, se nota que va a durar por muchos años porque ahí los niños y niñas sus padres los visten como se vistieron sus mayores, a ese pueblo habría que rendirle un homenaje por conservar sus costumbre.

En la región de Zongolica, en Los Reyes, Tequila, Atlahuilco, Tlaquilpan, Magdalena, Tehuipango, San Juan texhuacan, Somajapan y en la propia cabecera municipal, ahí también el folclor, la música, el idioma, la vestimenta, las artesanías, están desapareciendo, queda un poco de presencia de vestimenta en la zona de Soledad Atzompa, en los demás municipios ya se ven poco las mujeres vestidas a la antigua usanza.

De los Huastecos solo podemos hablar que existe su artesanía, de los ritos y de la vestimenta ya no las conocemos, queda poco o nada de vestimenta solo la artesanía y eso porque es su modus vivendi, de lo contrario ya hubiera desaparecido, ahí se hacen hermosos morrales de sapupe, petates, canastas y escobas de palma y de raíz, comales y ollas de barro y varias artesanías de madera. En la región de Tantoyuca, hace mas de 100 años vivió un compadre de Porfirio Díaz y ese señor no permitía que los indígenas entraran a la ciudad vestidos como vestían los indígenas, así que ahí el problema de que desaparezca la indumentaria data ya de más de un siglo.

De la región sur, con Los Popolucas, en la región de Soteapan, Tatahuicapan, San Juan Volador y toda la sierra de Santa Martha, ahí tan solo queda el idioma, algunas canciones y cuentos, de la indumentaria también desapareció, solo algunas jovencitas se visten de forma autóctona y eso porque quieren que sus raíces no desaparezcan, pero en realidad son pocas las que lo hacen y no pueden en contra de la modernidad.

Señor Licencia Javier duarte de Ochoa, es necesario que pronto se construya en Xalapa o en la ciudad que usted diga, un museo etnográfico, en donde se impartan clases de los diferentes idiomas de los indígenas que viven en Veracruz, que se rescaten los cuentos, las canciones, las historias, los poemas, que se filmen las bodas que aun se pueden lograr en la huasteca, los ritos del besa manos, los ritos de darle de comer al pozo, de cuando le ruegan los indígenas a la tierra que les den una buena cosecha o cuando le dan las gracias a la madre tierra de que les dio una buena cosecha.

Es necesario el museo para que se guarden los vestidos, talleres de artesanías, de madera, de Sapupe, de palma, de vainilla, de barro, que no se pierda lo que los indígenas por siglos guardaron celosamente, que no se pierda la identidad de los indígenas que también es nuestra identidad, esto urge y ojala en realidad le interese los indígenas y se rescate su cultura que también es nuestra cultura, hoy es un buen tiempo para hacerlo, no deje la oportunidad señor Duarte de pasar a la historia de que usted rescató lo que ya está a punto de morir, en hora buena.

DORMIR BIEN

¿Qué tal duerme amable lectora y lector?, ¡bien!, que bueno, porque el que no duerme bien soy yo, de pensar que si no se construye el museo etnográfico pronto en Veracruz, nuestra identidad, la que han guardado por muchos años los indígenas como Juan Simbrón, como las mujeres de Cerro Ixcacuatitla o las de Soledad Atzompa, los artistas que hacen las artesanías en Ixtle Blanco en la región Tantoyuca, si no se hace el museo, pronto solo hablaremos que existieron los indígenas en Veracruz….Cualquier comentario sobre este indigena texto, favor de enviarlo a valdesnoe@hotmail.com

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