¿Dónde está Protección Civil?
Noé Valdés
¿En dónde está “Protección Civil” del Gobierno del Estado?, ¿hasta dónde llega su jurisdicción?, ¿qué no es de todo Veracruz?, ¿acaso sólo es para en caso de heladas, siniestros o desastres?, ¿no son también para tomar medidas preventivas? o como dicen en mi pueblo, son pura llamarada de petate, que solo van a donde hay un evento que vista.
El parque ecológico “Natura” que atinadamente rescató el gobierno de las garras de los líderes que ofrecen terrenos a diestra y siniestra a incautos que creen en ellos, sin medir estos individuos el daño que le hacen a la ecología, como está por suceder en “Las Puentes” del municipio de Coatepec donde un “líder” que solo piensa en el provecho personal, quiere arrasar con un bosque que surte de agua a poblaciones vecinas.
Al iniciar el gobierno de Fidel Herrera se inauguró con bombo y platillo el parque, hecho que un servidor aplaude por haberse declarado reserva ecológica; un pulmón natural importante para la ciudad de las flores, proporcionando aire puro para que vivamos en un entorno hermoso y limpio.
Por qué pregunto ¿en dónde está “Protección Civil”?; el domingo pasado que decidí caminar por esos hermosos y tranquilos parajes, frente de mi un par de jovencitos que paseaban igual que yo, aunque ellos lo hacían en bicicleta, cuando me rebasaron en el camino y de bajada, a uno de los muchachos el viento le voló la gorra y al tratar de evitarlo, perdió el equilibrio y se fue al piso.
Observé cómo la “bicla” salía para un lado mientras el joven rodaba por otro; corrí a auxiliar al muchacho quien se incorporaba con dificultad y le pedí que no se moviera, que esperara a que lo alcanzara para ver que tenía, poco a poco se sentó, quejándose de dolor en la cabeza y en el hombro derecho.
-Espera un momento, déjame explorarte, ¿dónde te duele más?
Con gesto de dolor, como pudo, con su otra mano me señaló dónde le dolía.
-¡Aquí señor, aquí me duele!
Busqué en la clavícula y, hasta el que no sabe de cuestiones de traumatología como yo, me di cuenta que tenía exactamente ese hueso fracturado, miré para todos lados y nadie, él y yo solos en el parque. Pero como decimos los de Xico, Dios es Grande, ni mandado hacer, pasaba por ahí una camioneta, -hay que hacer hincapié que por ese tramo del camino es raro que pase un automotor, ya que no está permitido, salvo las motocicletas de los vigilantes que ahí están asignados- ese vehiculo trasportaba sodas y frituras que venden los domingos en ese parque.
Era una camioneta toda desvencijada, ya que sus dueños se ve que van al día en cuestiones de dinero; les hice la seña para que se detuvieran y les pedí que llevaran al jovencito a la salida, para esos instantes ya se había incorporado con nosotros su compañero de paseo, subimos las bicicletas al viejo vehículo, que ese día se convirtió en una ambulancia de lujo.
Las amables personas que hicieron el favor de llevar al muchacho que había sufrido la caída de una bicicleta en plena carrera; cuando me rebasaron nuevamente me dijeron que lo habían subido al automóvil de su compañero y hasta ahí fue todo lo que supe de esa persona, no supe más, lo que si se es que ese jovencito si no lo hubieran llevado inmediatamente al hospital, en media hora no iba a aguantar el dolor de la fractura.
Me seguí en mi trote por los hermosos caminos, donde de vez en cuando se encuentra uno a otro compañero que va hacer sus ejercicios matinales. Normalmente solo se ven las aves, los cardenales, las primaveras, los jilgueros, las quebrantahuesos, las aguilillas, las lagartijas y de vez en cuando podemos observar treparse en los árboles a las ardillas y volar las perdices que anidan en ese bosque.
Cuando caminaba solo por los senderos me hizo recapacitar y me preocupó, me dije, si en ese momento a alguien, yo inclusive, le diera un infarto por abusar en el ejercicio o porque las pendientes están pesadas, ¿quién lo va a auxiliar en esos momentos tan importantes para salvar una persona?, además de que por ahí no pasa un solo vehículo, solo ocasionalmente los oficiales que vigilan en motocicletas cuando hacen sus rondines. A los policías cuando les platiqué del muchacho que se había accidentado, me dijeron que sus vehículos esta parados por falta de mantenimiento.
No es posible que en un circuito de cerca de cinco kilómetros y al que además va mucha gente sobre todo los fines de semana, no exista un servicio médico que pudiera auxiliar a una persona que sufra un percance como el jovencito al que me refiero o a cualquier persona, porque somos humanos y nadie sabe en donde puede fallarle el carburador de su cuerpo.
Es necesario que en ese hermoso parque, por lo menos sábado y domingo, que es cuando va más gente, exista un puesto de primeros auxilios, los oficiales que cuidan ese parque me informaron que por lo menos suceden 16 accidentes mensualmente y que no hay nadie que atienda a esas personas accidentadas, lo hacen como Dios les da a entender.
Por otro lado dicen que hay un encargado del Parque, un señor llamado Rodrigo del Campo, al que en sus seis meses que tiene los vigilantes de estar ahí, no han tenido el gusto de conocer, no es posible que en ese tiempo no se presente ese señor por lo menos a preguntarles a los guardias si todo marcha bien en ese lugar donde él es el encargado, ¡qué barbaridad!, como decía Laura, ¡qué escasez!...
Desde esta modesta trinchera, hago un llamado muy atento a las autoridades de “Protección Civil” del estado que si salvan a una gente que -Dios no lo quiera- se llegara a infartar en el lugar referido, también se les va a aplaudir por ese hecho y que eso igualmente viste; este es el primer llamado para que hagan algo por las gentes que asisten a convivir con la naturaleza en el parque “Natura”. Cualquier comentario sobre este fracturado texto, favor de enviarlo a valdesnoe@yahoo.com
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