Sunday, January 07, 2007

Donar un riñón , por Noé Valdés

Hace 3 años, mi amigo Francisco Guerrero me platicó los difíciles días que vivió, por la desgracia de padecer insuficiencia renal; me desgranó paso a paso la odisea que tuvo que sortear para poder superar ese mal que miles de seres humanos sufren en el mundo y que pocos son los afortunados en remontar esta deficiencia, mal que solo se alivia si existe un donante de riñón ya sea de un familiar o alguien vivo o de un cadáver, fue una experiencia tan amarga, que para el que escribe, cuando lo recuerda se le pone la piel de gallina.
Me comentó la desesperación de ver como pasaba el tiempo, el problema cada día empeoraba y el órgano no llegaba; todas las noches se acostaba con la esperanza de que al día siguiente el donante llegaría y nada, hasta que una mañana le dieron la buena noticia de que había una posibilidad de que le hicieran el trasplante.
Ese día sintió que la vida le llegaba nuevamente a su cuerpo, que había una pequeña luz en un inmenso túnel que hacía tiempo recorría en la oscuridad y que después de varios años de sentir que la vida se le iba de las manos, en el fondo de ese túnel al fin miraba un pequeño punto de luz.
Se llevaron a cabo los análisis, para ver si era compatible el órgano y no hubiera rechazo; todo salio bien y mi amigo Paco dice que volvió a nacer, hasta la fecha lleva más de 5 años con su nuevo riñón y todo ha pasado con normalidad, claro tiene que llevar una dieta rigurosa, en donde el paciente juega el papel más que importante, porque de él depende que no vuelva el problema.
Aun con la información de que podía ser operado y con ello resucitar, porque se sentía prácticamente muerto, ya que las diálisis y hemodiálisis son matadoras y se tienen que hacer por lo menos dos veces por semana, sobre todo que deben cuidar que todo lo que toquen sea higiénico, que esté perfectamente limpio y no exponerse en lugares donde el ambiente esté contaminado; venturosamente todo ha salido bien.
En los últimos días de diciembre del pasado 2006 atendiendo a una invitación que me hiciera este amigo, lo acompañé a una reunión que ya se ha hecho tradicional y que año con año realizan los que afortunadamente fueron favorecidos con un trasplante. Puntuales a la cita los aún pacientes, los cuales aunque ya han sido dados de alta permanecen bajo vigilancia medica; uno a uno junto con sus familiares llegaron al Centro de Especialidades Medicas, para festejar, dar gracias al creador, convivir, intercambiar impresiones, experiencia y saber todo para platicar de cómo les ha ido en el año que acaba de concluir.
Los doctores Lucas Solís y Benjamín Castro Miranda, quienes forman parte importante del equipo del médico Andrés López quien es el cirujano y ha realizado los trasplantes a las 70 y tantas personas que han sido operadas en el CEM, dieron la bienvenida a los afortunados pacientes.
Ahí el doctor Solís les deseó unas felices fiestas decembrinas y les explicó que en la actualidad se escasean los donantes, que aquí en Veracruz hace falta una campaña para que crezca la cultura de la donación de órganos, sobre todo de donantes vivos, hacerle entender a la ciudadanía que se pueden donar órganos de seres vivos y que no se trata de tapar un hoyo y destapar otro, se trata de sanar a un ser vivo que ha sufrido su calvario.
Dijo que este 2006 fue un mal año, no se pudieron hacer más operaciones de riñón, lamentablemente por falta de donadores cadáver, que son los que más habían dado la posibilidad de trasplante; en los años anteriores llegaron a hacerse hasta catorce trasplantes de donador cadáver, doce y diez mínimo, hoy fueron menos; en este aspecto desgraciadamente para que exista un órgano debe de haber un cadáver que al mismo tiempo da vida a otra persona.

Más adelante el doctor Solís dijo “Las operaciones que se han hecho demuestran que los donantes vivos, en primer lugar extiende la vida del familiar enfermo y que éste no tiene posibilidades de seguir viviendo si no le es trasplantado el riñón. Este año ha sido el peor en ese aspecto, solo pudimos hacer 6 trasplantes 4 de donador vivo y 2 de cadáver, nuevamente se ha venido abajo la donación, tanto de vivo como de cadáver y se tiene que hacer una campaña permanente para que de esa manera se siga fomentando la donación.
Dijo que en la actualidad se hacen en el CEM 4 mil hemodiálisis por año y que de esos 4 mil, existen más de 60 personas que están en condiciones de que sean trasplantadas y que están en lista de espera pero no hay donadores, los hermanos no quieren donar, las mamás que eran las que se convertían en segundas madres tampoco quieren donar y que ahí siguen con la esperanza de que alguien les done un riñón o que haya un cadáver que sea compatible con algún paciente.
En esta ocasión se presentaron cerca de 20 trasplantados cuando deberían haberse presentado 70, hoy algunos no pudieron porque viajaron a otros estados de la república y una de las pacientes se fue a Europa, esto también se aplaude porque lo que quiere decir que los pacientes ya superaron su pesadilla, que están sanos y que pueden hacer su vida normal.
Entre los trasplantados que asistieron en este diciembre al CEM estuvo doña Adela mamá de Román, quien fue de los primeros diabéticos que se les implantó, quien tiene 8 años de haber donado y tanto el paciente como el donador están en optimas condiciones de salud, Román ya está trabajando y de eso se trata de que los pacientes después de habérseles operado se reintegren y sean personas productivas.
Asistió también José Luís López, quien fue el del primer trasplante de donador cadáver, fue operado el 21 de diciembre de 2001, hace cinco años fue intervenido, hoy vive feliz con su esposa con quien ya tienen un hijo que nació hace 4 años, lo que quiere decir que José, después de haber sido operado pudo concebir con su esposa su primer hijo.
Mireya Aguilar es originaria de Martínez de la Torre, ella pensando en el sueño americano se fue a trabajar a los EU y ahí le detectaron su mal. Se regresó a su tierra, porque dijo que prefería morir en su pueblo; a ella la estuvieron atendiendo en el Centro de Especialidades, con tan buena suerte que hace dos años la pudieron intervenir y ya está en recuperación, reintegrada y trabajando en Martínez.
Isaí Pérez González es un jovencito de escasos 15 años quien ya está en plena recuperación de su trasplante y dice que quiere ser nefrólogo, porque quiere ayudar a los niños que estén en las mismas condiciones de salud en que el estuvo, por lo pronto ya está incorporado a sus estudios y lleva una vida normal.
Todos los médicos le juran a Hipócrates, que aplicarán todo el conocimiento adquirido en la escuela y que se van a dedicar a salvar vidas y tanto el doctor Lucas Solís, Benjamín Castro y el cirujano Andrés López lo han cumplido cabalmente, al pie de la letra y ahí están los resultados, en hora buena doctores… Cualquier comentario sobre este trasplantador texto, favor de enviarlo a valdesnoe@yahoo.com

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