Precipitamos que nos alcance el destino, por Noé Valdés
Cuando en las tardes, después de hacer la rutina diaria de guardar los becerros en el toril para que a las vacas no les mamaran la leche y ya instalados en la mesa donde mi madre doña Luisa nos daba nuestros sagrados alimentos, mi abuelo siempre aprovechaba el momento para darme un consejo; un día de esos, me dijo “Nunca hagas cosas malas que parezcan buenas o buenas que parezcan malas, hacerlo siempre te va a acarrear problemas, aprende a distinguir estas dos cosas, es muy importante”.
Tengo un amigo al que conozco desde chamacos, desde que fueron a la audiencia con el presidente Echeverría a Los Pinos en el D. F., desde ese día guardamos nuestra amistad. La semana pasada fui a cortar una flor de su jardín, porque en su casa tiene hermosos Anturios y Aves del Paraíso, como este amigo es hijo –y lo practica cuidando la naturaleza- como todos lo somos de La Madre Tierra, me apersoné en su casa, saludé a su hija y a su amable y hermosa esposa y nos adentramos en una buena platica.
Para un personaje que en primer lugar es vegetariano, hace ritos para rendirle culto a la tierra, cultiva y come hierbas orgánicas, por lógica es un hombre preocupado por lo que le sucede a la tierra; dentro de la plática salió a relucir que en Las Puentes, del municipio de Coatepec, está un terreno de varias hectáreas y que el o los dueños están tratando de venderlo, y que si lo utilizan para hacer casas habitación, los pueblos cercanos se van a ver en problemas en lo futuro.
Me platico Manuel que de esos bosques sale el agua que toman las poblaciones cercanas, que en ese terreno hay árboles en peligro de extinción, donde anidan aves, hay zorras, armadillos y hasta culebras, animales que además de su hermosura contribuyen al equilibrio ecológico, y el daño que se le haga a ese terreno o a cualquiera de nuestra tierra, algún día, tarde o temprano, nos va a dar problemas.
Me invitó a que lo conociera este domingo pasado y que hiciera un reportaje de lo que ahí existe y lo que puede desaparecer si el ayuntamiento de Coatepec autoriza el uso de suelo para vivienda, sin que se investigue la magnitud del daño ecológico.
Muy temprano pasé por él para que me mostrara el tan citado terreno y nos enrumbamos hacia Coatepec, y cuando estábamos en los linderos de los terrenos, no se podía entrar por la cantidad de automóviles que en ese momento salían por de una reunión que tuvieron los posibles compradores de dichos terrenos que desgraciadamente ya están por lotificar, claro con la debida autorización de las autoridades municipales, estatales y tal vez federales.
Penetramos en el terreno y en ese momento me enteré que el dueño es el ingeniero Miguel Ortega, quien es nada menos que uno de los niños cantores de Morelia, de los que México les brindó refugio en el 37 cuando había guerra en España, que son hijos de padres que estaban en el frente de batalla o que habían muerto; también me enteré que este señor, junto con su esposa son personas que gustan de la cultura.
La hacienda de Tecozolco, enclavada en Las Puentes congregación de Coatepec les pertenece desde hace mucho tiempo, cuando esa región era un emporio, la naranja y el plátano tenían un buen precio y el café lo benefició en gran medida. Hoy como el precio de estos productos está por los suelos, esos terrenos ya no les pueden sacar provecho y ahora pretenden venderlos a costa de lo que sea.
Es por eso que este señor Ortega, se unió con un líder de colonias que se dedica a buscar terrenos para sus seguidores y en eso está este señor. Los amigos, Hijos de la Madre Tierra, están preocupados por el uso que le den a estas hectáreas de terrenos arbolados, que tanto necesita la humanidad para su supervivencia.
Entramos a lo que queda de finca, y como dicen en mi tierra “yo iba con mi pecho sano” no sabía de lo que podría suceder ahí, comencé a fotografiar a lo lejos el casco de la hacienda y un arroyo que por ese terreno discurre, cuando de pronto nos vimos rodeados por el líder y su gente, y nos obligaron a que saliéramos del terreno, argumentando que estábamos en propiedad privada.
Yo no se si el que nos estaba invitando a que nos saliéramos es ahora el propietario, ya que dice que tiene un poder notarial que lo hace dueño, en fin eso es lo de menos, nos sacaron del terreno, no sin antes decirnos que no éramos bienvenidos en ese lugar y que les estábamos faltando al respeto.
Por cierto que una señora que entró al lugar en ese momento y que no sabía lo que estaba sucediendo, ya que no conocía a nadie, a nosotros nos confundió y nos preguntó si éramos los dueños, al ver que no ocasionamos ningún daño en el terreno y los que están posesionados ahí nos decían que nos saliéramos; aun con el peligro de que la golpearan nos defendió y después supimos que la acusaban de que ella nos había llevado al terreno y los “futuros nuevos colonos” de ese espacio le recriminaron que nos defendiera y que no era bienvenida; pobre señora, ella no tenia nada que ver, estaba de visita como un servidor, en fin en estos casos pagan justos por pecadores.
Yo en lo personal creo que los futuros nuevos colonos junto con su líder, aunque hubo jaleo y palabras altisonantes, creo que tienen razón, creo que todos los humanos buscamos siempre lo mejor para si mismo y los suyos, buscamos siempre un espacio que nos sirva de abrigo, donde construyamos nuestra casa y que sirva de seguridad económica para los herederos, las peticiones de estas personas de tener un terreno es justa y creo que tienen razón en buscarla, en lo que yo no estoy de acuerdo es en que se destruyan los pocos bosques que nos quedan, bosques que les podríamos heredar a nuestros hijos para su sobrevivencia.
Creo justo lo que piden los colonos, pero también creo que si ya no hay de otra y se tengan que establecer una nueva colonia, que sea de verdaderos humanos, que entiendan que también para ellos el futuro será incierto si hoy atentan contra la naturaleza...cualquier comentario sobre este ecológico texto, favor de enviarlo a... valdesnoe@yahoo.com
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