Monday, October 22, 2007

Noticia Mundial, la caída de Fox, por Noé Valdés

En Radio Exterior de España, en la transmisión en español de Radio Francia internacional, en la BBC de Londres, en Radio Family de San Francisco California y hasta en Radio Teocelo; desde el sábado por la noche en todas las trasmisiones de cada hora de la CNN desde Atlanta y también lo pude observar en el Telediario de Televisión Española desde Madrid, en todos esos medios electrónicos de radio escuche y de TV miré la caída del monumento de Fox en el municipio veracruzano de Boca del Río.
Tengo que reconocer que cuando vi caer la escultura del ex mandatario federal me hizo recordar la caída del monumento del hombre que gobernó por muchos años Irak, el tirano Sadam Husein, con la diferencia que este monumento si cayó de un solo jalón, no como el de Sadam que se negaba a caer.
Para mis amables lectoras y lectores quiero decirles que no estoy de acuerdo con el procedimiento de llegar y tirar una estatua, de que una turba de gentes descontentas de cómo gobernó el país Fox y que no están de acuerdo con la puesta del monumento, no estoy de acuerdo en lleguen y alguien le ponga un lazo y lo tire, ¿que con ese hecho nuestros problemas se terminarían?, solo se hacen más tensas las relaciones entre autoridades y gobernantes o de partidos.
Pero, ahí va el pero, la realidad es que la intransigencia del alcalde de Boca del Río, Francisco Gutiérrez de Velasco de querer colocar una estatua de un gobernante que es posible que a ellos como autoridades municipales o en lo personal como empresarios les haya ido bien con el ex presidente y por eso la gratitud pero no tuvo la suficiente inteligencia de no poner la estatua y lo hizo a costa de la violencia que pudiera ocurrir. Pancho no entiende que las estatuas se otorgan a personajes que se ganan ese reconocimiento.
No entiendo en muchas ocasiones a las autoridades o a los hombres el por qué si se está viendo que el pueblo no desea recordar a ese personaje, que donde quiera que va deja una estela de malos recuerdos, bueno hasta los de su propio partido ya le dijeron que se mantenga con la boca cerrada; creemos que tampoco es el procedimiento pero es que ya no se aguanta al señor Fox que dondequiera que se para no da una.
Y digo que tampoco es el procedimiento que sus propios correligionarios le impidan que hable, hay que recordar que somos ciudadanos mexicanos y nadie nos impide hablar, nadie nos puede callar pero como dice Derbez: “¡óigame no!” también tenemos que ser cautos con lo que se dice, no aventarse como el borras y si se hace atenerse a las consecuencias.
Total que lo del monumento, el hecho de tirarlo estuvo mal, parecemos a los españoles cuando conquistaron México que no querían dejar huella de lo que hicieron nuestros antepasados, no somos un país ni un estado de vándalos, pero también sirve de lección para que las autoridades que quieren imponer su ley y no toman en cuenta lo que la ciudadanía quiere; el pueblo se cansa y se rebela, ya no se deja, ya no está dispuesto a que las autoridades hagan lo que quieran y si el alcalde sabía que no querían que se colocara el monumento de Fox pues simplemente no la hubieran puesto y como dice Juan Gabriel “Pero qué necesidad, para qué tanto problema”.
Este hecho me hizo recordar lo que un gran amigo me contó lo que le platicó un importante político cuando este estaba en las grandes ligas de la política en la década de los 70s que fue a Sudamérica y cuando se entrevistó con el presidente de Ecuador, este le dijo:
-Hombre qué envidia, yo me conformaría con que tuviera un 30 por ciento más de poder, no como el que tiene su presidente; en lo personal me parece que su presidente es un rey.
-Eso cree usted señor.
-¡Claro! En México se hace lo que dice el presidente y no se tienen que dar tantas vueltas como nosotros aquí.
-Lo que pasa que en México el presidente es como un Faraón.
-Ya ve, usted me da la razón.
-Lo que pasa señor es que usted no me entiende, en México cuando un presidente termina su gestión lo entierran hasta con el perro y no se quiere saber nada de él.
Esa era la apreciación que se tenía del gobernante de nuestro país en el extranjero.
En estos tiempos creo que necesitamos tener la cabeza bien despejada para sortear nuestros problemas, poder cumplir con nuestras obligaciones y al mismo tiempo exigir mejores servicios y es que se nos avecinan días difíciles con los aumentos en los impuestos y de los impuestos nuevos y con todo eso tenemos que estar pendientes de la educación de los hijos, procurar que la mesa tenga la mas posible de comida para no pasarla mal y preocuparnos por la salud, no podemos darnos el lujo de andar tumbando estatuas, tenemos que estar pendientes de lo que nos preocupa y saltar cada obstáculo que se nos presente en nuestro camino.
El señor Fox ya debe de dedicarse a pasear, a disfrutar de su lana, de calentarle la mano a su amada esposa Martita, que se marche a su rancho a montar a caballo, que se pare temprano a ordeñar sus vacas, que disfrute la comodidad del Jeep y de su Hommer, que presente los libros que quiera y que se olvide de los mexicanos que nosotros haremos lo propio para ya no calentarnos la cabeza en recordarlo, lo prometemos y esperamos que el señor Fox finalmente piense en que con el derrumbe de su estatua, ¡al menos ya no lo cagarán las gaviotas allá en la playa de Boca del Río!…Cualquier comentario sobre este porraseado texto, favor de enviarlo a valdesnoe@yahoo.com

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