La visita de los muertos y de todos los santos,por Noé Valdés
A gritos y sombrerazos llegamos una vez más a la festividad de Todos Santos y del “Día de Muertos”, nuestros familiares que se nos adelantaron al más allá o que dieron el paso que todos habremos de dar algún día, nuevamente lo estamos celebrando, la vida nos ha dado la oportunidad de esperarlos otra vez este 2 de noviembre, los esperamos y convivimos con ellos imaginariamente, pero con toda la devoción que nuestros ancestros nos enseñaron.
Para eso nos preparamos con tiempo, limpiamos y pintamos las tumbas para que estén de parada a partir del día 28 de octubre y por supuesto el 2 de noviembre que es cuando vienen -según nuestra creencia- los muertos, todos los preparativos los hacemos para que si es verdad que vienen los del otro mundo vean que los recordamos, que arreglamos su tumba y que sientan si es que sienten los que ya se marcharon de este mundo que aún están con nosotros, que después de muertos los seguimos amando, queriendo y recordando.
En casa nos preparamos con el altar de muertos, le colocamos hojas tepejilote, rama-tinaja, las canastitas hechas con viruta y adornadas con papel de China, (ahora que no queremos saber nada de China) en ellas colocamos los dulces de jamoncillo hechos con pipían, la ofrenda se adorna y en ella se coloca lo que en vida le gustaba a los familiares idos, el menú es variado, consiste en calabaza en dulce, tamales de diferentes sabores; para el día cuando vienen los niños muertos se les ofrece chocolate y tamales de dulce, para los muertos grandes se les ofrece el champurrado y todo tipo de bebidas espirituosas.
También le colocamos todas las frutas que en estos días abundan como la naranjas, madrinas, manzanas, tejocotes, plátanos, uvas, caña de azúcar, una buena taza de café, carne salada asada, mucho pan de huevo, guayabas y el tradicional manjar, se encienden las velas de cera que se adquieren especialmente para esa celebración, el aromático incienso y muchas cosas más, de acuerdo a la región del estado de Veracruz y de la república mexicana.
El día dos, que es el día más solemne para los festejos del día de muertos, algunas familias acostumbran que desde temprano se van al camposanto y ahí acompañan a los muertos en el desayuno, rezan oraciones para el eterno descanso de los muertos y le dan los últimos toques a la tumba para que ese día luzca como no luce todo el año, la familia se congrega en las tumbas y cantan canciones rezan rosarios, los sacerdotes hacen misa en alguna capilla preparada para la celebración de ese día y cuando llega la hora de la comida se vuelven a congregar yodos los fieles junto a la tumba del familiar y a darle a la comida.
Entre enchiladas de mole, alguna carnita asada, tamales y unos buenos tragos de refino o de algunas chelas bien frías se pasan todo el día conviviendo virtualmente los vivos con los muertos, claro que los que le dan duro a la comida son los vivos y los que en las más de las ocasiones se ponen hasta atrás con los tragos de alcohol son los familiares, los que estamos de este lado, los que aún viven, no se si los del más allá también se pongan hasta las chanclas pero de lo que si estoy seguro es que algunos familiares que se congregan en los panteones salen algunos hasta pegando propaganda en las tumbas y en las paredes del panteón.
Para los que gustan de echarse sus buenos tragos de ron, brandy o de lo que su bolsillo puede adquirir ese día es un buen pretexto para ponerse hapy, y para los que sienten o saben que no se portaron bien con sus familiares cuando estuvieron en este mundo también es un buen pretexto para ir reivindicarse con ellos, les llevan flores, le lloraran al muertito, actúan su drama y hacen como que se arrepentirse de todo lo que hicieron mal con ellos.
Todo por no haber estado en sintonía con sus padres o con cualquier familiar que siempre los apoyó en vida y que ahora esta fuera del alcance para demostrarle y decirle que lo quieren, los vivos tratan de quedar bien con los muertos llevándoles flores, pintando la tumba y conviviendo platónicamente auque sea por ese día.
En fin se puede hablar mucho de los muertos, se puede decir que cada año vienen y que están presentes entre nosotros y que conviven con nosotros, la realidad es que nadie ha ido y ha regresado y nos ha contado todo lo que sucede en el otro mundo, en el más allá, la realidad es que no sabemos la realidad, que nosotros lo hacemos porque así nos lo enseñaron nuestros padres y nuestros abuelos y nuestros vecinos y que nada nos quita con ir a convivir con nuestros muertos, nada nos afecta con pasar con ellos en el panteón, y si ganamos mucho porque nos tranquiliza el alma el saber que cumplimos una vez más con nuestros familiares que ya se nos adelantaron al viaje sin regreso y que dieron el gran paso que todos, unos antes y otros después daremos, cuando el creador nos lo ordene.
Yo por lo pronto este viernes voy a pasarla al panteón de “Chauteni” en mi paraíso Xico con mi padre y con mis abuelos y con algunos tíos, espero que no se me suba el verde o la mora que algunos amigos que cada años los encuentro en el panteón me invitan o que no me haga daño el mole xiqueño de Víctor Galván porque con eso de que no ganó la elección y no está tan contento con los xiqueños que no le hicieron fuerte para llevarlo a la presidencia municipal a lo mejor le pone mas especias y me hace daño; espero que no…Cualquier comentario sobre este resucitado texto, favor de enviarlo a valdesnoe@yahoo.com
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