Monday, November 19, 2007

Salvemos al Edén, por Noé Valdés


Cuántas veces hemos escuchado de parte de las autoridades negar el permiso cuando algunas personas quieren asentarse a la orilla de un arroyo o en la ladera de un cerro, y auque les digan “Por favor ahí no pueden hacer sus casas, los terrenos no son apropiados para uso habitacional, corren el peligro de que se les venga el cerro encima, que sus casa se derrumbe hacia el río o de que crezca y se lleve sus casa, ahí su integridad física corre peligro”.
También he escuchado de parte de la autoridad ya sea municipal o de los funcionarios del gobierno estatal, la recomendación de que la gente no puede instalarse en esos lugares donde no hay infraestructura necesaria para habitar y será difícil llevarles agua, energía eléctrica, el drenaje, escuela para que estudien sus hijos, no tendrán seguridad en caso de una riña, no llegarán los bomberos en caso de un siniestro ni las ambulancias en caso de un enfermo por falta de calles.
Y también he escuchado la terquedad de los líderes y de la gente por obtener los terrenos aunque corran peligro de perder la vida y la explicación que la gente da es que aunque sea en tambos ellos acarrearán el agua, que con un candil se alumbrarán si no llega la energía eléctrica y que en caso de un enfermo ellos ven cómo le hacen pero que saldrán adelante, lo que quieren son los terrenos.
Total que los funcionarios del gobierno ya sea municipal, del estado o del gobierno federal, para no tener problemas con los líderes, les entregan los terrenos aun sabiendo que no son aptos para instalar ahí una vivienda y lo vemos aquí en Jalapa y en muchas ciudades del estado y del país, solo basta con que se recorran algunas colonias de las periferia para darse cuenta de la irresponsabilidad de lado y lado, de parte de la gente que irresponsablemente construye y de parte de los funcionarios que no aplican la ley y dejan que se instale la gente en lugares donde todos corren el peligro de perder la vida en cualquier momento.
Por eso las ciudades han crecido anárquicamente, se construyen casas en lugares peligrosos, en donde no es posible que se les dote de servicios, donde para que los hijos asistan a la escuela tienen que bajar por caminos intrincados, pasar arroyos de aguas negras, puentes improvisados y del centro de estudios ni hablar, en las más de las ocasiones son galeras improvisadas en donde todos son responsables que exista una escuela en esas condiciones, los colonos por ser tan tercos de instalarse en lugares no adecuados para vivir y las autoridades educativas por no tener el suficiente presupuesto para dar solución a estos problemas.
Yo en lo personal no deseo que el día menos pensado suceda un problema porque la gente nunca quiso entender que en las laderas o cerca de un río no se pueden instalar habitaciones, el peligro será latente, todos los días, los habitantes estarán pensando que puede ocurrir una desgracia y la verdad de esa manera no se vive tranquilo. Si hicieran caso los colonos a las autoridades y si las autoridades se impusieran para que la gente no se coloque en donde corre peligro tal vez la siempre culta Jalapa, la Atenas veracruzana sería diferente.
Lo que está ocurriendo en Villa Hermosa me ha llegado al alma, no alcanzo a entender la magnitud del problema, yo como reportero he asistido a muchos lugares donde hubo inundaciones y se de la desgracia que se vive, se de la gente que en un momento pierde todo porque la corriente de un río les arrebató todo, se las penurias que pasan porque tienen que dejar sus hogares para ir a vivir a un albergue.
He visto el sufrimiento de los niños cuando pierden a sus padres o a los padres cuando pierden a un hijo, en la rivera del Panuco, en la rivera del Río Cazones, el Bobo en Martínez de la Torre, en Misantla, en el Papaloapan el Tesechocán o en el Coatzacoalcos, ahí he estado cuando hubo inundaciones y se de las dificultades que pasan los que viven en las riveras de esos ríos.
A los que viven en esos lugares creo que en parte tienen ellos la culpa de lo que les sucede y también porque el gobierno en sus tres niveles no hacen gran cosa por darle solución a esos problemas y solo cuando ocurre una desgracia se preocupan, pero solo es como llamarada de petate porque cuando las aguas vuelven a su cauce y el miedo se va y el gobierno deja a medias el trabajo que inició cuando ocurrió la desgracia.
En el caso de Tabasco creo que las autoridades han tenido gran parte de culpa de lo que en estos momentos nuestros compatriotas están sufriendo, porque en primer lugar no han hecho un programa integral para dar solución a ese tipo de problemas, no han dragado de manera responsable el río Grijalva, si cada gobierno que ha pasado por la gubernatura de ese estado desde hace treinta años hubieran hecho r3esponsablemente su chamba, este sería el momento en que los tabasqueños no estuvieran pasando esos tragos amargos que están viviendo en este momento.
En los últimos años los gobernadores tabasqueños solo se han dedicado a la grilla y han olvidado a sus gobernados, no han dado solución radicalmente a las demandas o las necesidades de sus habitantes, solo han visto su provecho personal o que su proyecto político se fortalezca para llegar a la meta que se han trazado y a los habitantes que se los lleve el tren y que quede registrado que a los compatriotas tabasqueños los afecto el agua aunque no vivieran cerca del río, agarro parejo.
Hoy todos los mexicanos y hasta gente que vive más allá de nuestras fronteras tenemos que caernos con nuestro cuerno para alivianar los problemas que padecen los tabasqueños y lo hacemos con mucho gusto en la medida de nuestra s posibilidades, pero también no es justo que todos le entremos al toro y cuando las aguas vuelvan a su cauce los gobernantes en turno se sientan en sus laureles y todo lo dejen a la buena de dios, ¡no! Se tiene que seguir trabajando para que no vuelva a suceder otra desgracia de esta magnitud, salvemos el Edén y que viva Tabasco…Cualquier comentario sobre este inundado texto, favor de enviarlo a valdesnoe@yahoo.com

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