¿Somos apestados?

Noé Valdés

Cuánto nos ha hecho modificar nuestro estilo de vida esta fregada influenza; lo que solo veíamos en las películas, tales como “Cuando el destino nos alcance”, “Epidemia”, “Marabunta”, “Los Pájaros” y muchas más, hoy lo estamos padeciendo, lo estamos experimentando. No es una película, es la pura realidad, aunque muchos ciudadanos dudan que sea verdad lo que está sucediendo, piensan que es posible que sea un invento del gobierno, la realidad es que lo estamos padeciendo, que hacemos o mejor dicho que dejamos de hacer por lo que solo veíamos en el cine.
Esta jodida influenza me hizo recordar que cuando yo era pequeño y a casa nos visitaba un compadre de mi mamá, mi abuela siempre salía al paso y decía, ”hijo, el compadre Manuel es tu padrino, y es de grado, así que salúdalo y bésale la mano”. Haciendo gesto y changos y, tragando sapos, obediente me acercaba a besar la mano de mi padrino, que en más de las ocasiones, el padrino venia del campo y se le veían sudadas y hasta con tierra en las uñas; ni modo, había que obedecer, saludar y besar la mano del padrino. Todo era por los usos y costumbres de aquellos tiempos.
Las nuevas generaciones ya no tienen ese problema, son más irreverentes y los padres han dejado que los chavos se olviden de aquellos ritos, ahora, si a la modernidad le unimos la influenza, para los jóvenes de hoy les cayó de perlas no tener que besar la mano, aunque con eso también se llevó el clásico saludo de mano y rozoncito de mejilla, ni modo todo sea por la salud y no contagiarnos de la mal nacida influenza.
AL FIN QUE NI QUERIAMOS
No cabe duda que cuando el pobre tiene para carne es vigilia, hoy que ya me preparaba para viajar a China, que con mucho esfuerzo junté la lana para comprar el boleto, resulta que los chales de oriente no nos quieren ver ni en el pasaporte. Yo que ya me hacía caminando por la muralla, saboreando una buena costillita de cerdo y conociendo a millones de chinos, ¡carajo!, como todo cambia de la noche a la mañana; ni modo, uno pone, Dios dispone, viene la influenza y todo lo descompone, me conformare con visitar la muralla que el gobierno estadounidense está construyendo en la frontera y como a la morena linda y a mis tigrillos les aterra la influenza y los pone chinitos. Me quedo con mis chinos y me ahorro el lejano viaje.
Los españoles también están que trinan contra nosotros y nos tratan de apestados. Era de esperarse, con eso de que ellos son tan limpios y están libres de cualquiera epidemia. Los cubanos que dicen que somos sus hermanos tampoco nos quieren, los argentinos que son tan sencillitos, nos tienen en igual estima y muchos países más.
En fin, me tendré que aguantar las ganas de saborear un buen lechón en Segovia, me aguantaré las ganas de paladear el botillo en Ponferrada, los pulpos a la gallega en Melide o el chuletón de buey en Santiago de Compostela. No visitaré la Bodeguita del Medio en La Habana para refrescarme con un mojito, el borrego a la griega en Atenas, el jocoque en Estambul o los dátiles frescos en Egipto, ni un churrasco argentino
Aquí en México también hay muy buen chicharrón, si se me antoja el pachará de Pamplona; en Xico también hay buen verde y mora y si no puedo saborear un buen café en las ramblas de Barcelona, en Coatepec también hay buen café.
Si siguen así los españoles, pues que se queden con su Cibeles, con su oso y su madroño en la Puerta del Sol, con su Gran Vía, con su Museo Del Prado, Las Meninas de Velázquez y los cuadros negros de Goya, que se queden con su Alcázar y su Acueducto Romano en Segovia, con su ciudad amurallada en Ávila. A ver quien visita su Alambra en Granada. Con el asco que nos tienen los españoles, me quedo sin ver la torre de oro y la Giralda en Sevilla o mirar los campos y montañas en el camino de Santiago.
Así que no se apuren señores españoles ni habitantes de otras latitudes del mundo, aquí en México también tenemos hermosos lugares, el Lago de Catemaco está Increíble, el Salto de Eyipantla insuperable, Monte Pio acompañado por la sierra de Santa Marta no se queda atrás, es el Edén de los veracruzanos y que tal Costa Esmeralda, ¿de película o no? y sobretodo que aquí cuesta mil veces menos que viajar a la Madre Patria y el resto del mundo.
Para los habitantes de varios países que no quieren ver a los mexicanos ni en pintura, les cuento un cuento que les queda de peluche.
Un emperador romano, mandó a colocar letrinas por toda la capital italiana y se cobraba una cantidad de dinero por el uso de esos muebles.
Un día uno de los hijos del emperador regresó de España, de Salamanca concretamente donde estudiaba, cuando llegó a Roma miró los armatostes, preguntó a los ayudantes del emperador que lo habían esperado en la entrada de la ciudad:
- ¿Qué son esas casetas que están instaladas por la ciudad?
-Son letrinas señor,
- ¿Quién las mandó poner?,
- El Señor Emperador
-Pero ya ni la friega mi padre, que poner esas porquerías en la ciudad que se ven y huelen tan feo, quiero verlo para pedirle que las mande quitar inmediatamente.
Cuando el muchacho estuvo frente a su padre, dijo:
¿Papá, por qué dispusiste poner esas casetas en la ciudad que se ven mal y apestan?
El emperador miró a uno de sus asistentes y le ordenó que le trajera de inmediato un cojón de toro lleno de dinero, del que se recoge por el servicio de las letrinas, cuando lo tuvo en la mano lo acercó a la cara de su hijo y le dijo:
-Mira hijo, huélelo, ¿verdad que no huele mal?
Para los habitantes de esos países que no nos quieren ver y que dicen que somos apestados. Cuando la lumbre les llegue a los aparejos, ya verán que si olemos, pero nada mal, nos pedirán a gritos que viajemos a su país para dejarles nuestra lanita. Se lo dejamos al tiempo.
DORMIR BIEN
¿Qué tal duerme amable lectora y lector?, ¡bien!, que bueno, porque los que no duermen bien son aquellos que piensan que tienen la grande de Veracruz en la bolsa y ya se dieron cuenta que Héctor Yunes les lleva mucha delantera, que ya tiene mucho camino barbechado; esos soñadores no tan solo no duermen, sino que muy temprano ya les empieza a fallar la fuerza y se están rezagando…Cualquier comentario sobre este apestado texto, favor de enviarla a valdesnoe@yahoo.com