Mis respetos para las Gitanas, por Noé Valdés
Esta semana que terminó hice lo que la mayoría de los ciudadanos de la Atenas veracruzana han hecho, contribuir con el ayuntamiento; yo también me caí con mi cuerno y después de hacer lo propio salí de la casa del pueblo, en el parque Juárez me encontré con un paisano. Platicamos un momento, medio compusimos el mundo y en eso estábamos cuando se nos acercó una dama de vestido largo y de anchas caderas, las que conocemos como gitanas, una de ellas se dirigió a mi amigo y le dijo:
-Muchacho, te leo la mano, te digo el futuro, te ayudo para que consigas fortuna.
-No gracias, así estoy bien.
-Pero muchacho, que yo te puedo ayudar.
-No muchas gracias, se lo agradezco.
Al ver la negativa de mi amigo, la señorita, señora o mejor “seño” para no fallar, optó por retirarse. Le comente a mi amigo; qué bueno que trataste con amabilidad a esa mujer, te voy a contar un hecho al que yo mejor le doy el beneficio de la duda.
En la primavera del 88 del siglo pasado, Manolo Fernández siendo alcalde de la capital veracruzana, quiso hermanar a Xalapa con Salamanca España, digo quiso porque nunca se realizó el hermanamiento, todo quedó en buenos deseos.
Más de ochenta personas fuimos al viejo mundo, llegamos a España y como buenos turistas, el primer día nos fuimos a conocer Madrid, era una mañana fresca, quedaban aun los rezagos del invierno; fuimos a la Plaza Mayor y en uno de los restaurantes que atienden en la explanada tomamos un vinillo y a gozar de la buena vida.
En la mesa estaba Gela Frutis, Enrique García Ramírez, Victoria Tablada, más tarde se unieron a nosotros el maestro Marcelo Ramírez, Carlos Rodríguez, Edmundo Portilla; platicábamos y hacíamos planes para pasarla bien.
Brindábamos cuando se acercó una señora y le dijo a Enrique que si le leía la mano, la respuesta fue negativa y se dirigió a mí, también le dije no y le di las gracias, sin embargo Gela dijo:
-A mi si, que me lean la mano, yo no tengo miedo que me digan el futuro
La señora le tomó la mano derecha, la miro y le dijo.
-A ver qué tenemos aquí, se ve que has vivido bien, tienes un pasado bonito, ¡te gusta la buena vida hijita!, sin embargo en este viaje tú no vas a regresar con los demás, será unos días después.
Gela estaba a mi lado y escuchaba lo que le decía, tengo que reconocer que pensé que le iba a decir lo de costumbre, normalmente esas señoras te endulzan el oído diciendo que tiene un futuro prometedor, que vas a encontrar el amor de tu vida, que la fortuna te va a sonreír y muchas cosas así; esa señora le dijo a nuestra compañera algo diferente.
-En este viaje tú no vas a regresar con los demás, será unos días después. Retornaras a tu patria, asistirás a una fiesta y ahí recibirás una mala noticia
De pronto se me acerco el camarero y quedito me dijo.
-Teneis cuidado vosotros con estas señoras que con el pretexto de que os va a decir la buena fortuna, cogen la bolsa y se la llevan.
Miré para buscar la bolsa de Gela y observé que estaba sobre una silla, estuve pendiente hasta que la mujer se retiró y cuando lo hizo comentamos lo que la gitana le había dicho, no le dimos importancia a la predicción y seguimos disfrutando.
Al día siguiente viajamos a Salamanca; en Segovia comimos en el restaurante de “Cándido”, Manolo ese día se incorporó al grupo ya que él voló a París y de ahí a Madrid. No se de quién carájos fue el de la idea de que en una copa gigante la llenaran de brandy y todos bebimos un sorbo, alguien traía gripa y la mayoría se contaminó.
Por la noche llegamos a Salamanca y en el hotel compré una botella de XO Génesis, Enrique, Gela, Carlos Rodríguez y un servidor nos la tomamos, Gela solo tomó una copa porque se empezó a sentir resfriada, al día siguiente fuimos al ayuntamiento a la ceremonia y nuestra compañera se seguía sintiendo mal.
Se llevó a cabo la ceremonia, solo nos recibió el alcalde Troconis y el Concejal de cultura, fue una ceremonia rápida, ya que el ayuntamiento tenía problemas, no estuvo el cabildo en pleno, de la hermanación solo quedó la promesa de que por valija diplomática enviarían la respuesta.
Regresamos a Madrid y la mayoría de los aztecas seguían enfermos, los que tomamos el XO tuvimos la fortuna de no contagiarnos, la hacíamos de enfermeros y teníamos que andar buscando las medicinas por la ciudad; llego el día en que cada quien tomó su camino, unos a Rusia, otros a París, otros a Roma y yo regresé a México (o a Mi Xico), Gela permaneció en el hotel y días después ya que había superado su tropiezo de salud regresó a su patria.
En abril de 1989, a un año de que habíamos paseado por la Madre Patria, Enrique García me habló y me dijo que celebráramos el aniversario del viaje con una comida, nos reunimos en el restaurante “El Quijote”; le llevé de regalo a Gela la foto donde le están leyendo la mano y le puse un texto que decía, “regresarás a tu patria, asistirás a una fiesta y ahí recibirás una mala noticia”. Cuando leyó el texto abrió los ojos cual grandes son y me preguntó:
-¿Quien te dijo eso?
-Lo escuche cuando la gitana te leyó la mano.
-Pues has de saber que todo lo que me dijo esa señora salió cierto. Regresé después que ustedes, llegué al aeropuerto de México y de ahí volé a Veracruz para asistir a una boda y ahí recibí la noticia de que mi amiga Flavia Isabel había fallecido en Puebla, todo lo que me predijo la gitana se cumplió tal cual.
Paisano ya entendiste por qué es mejor tratar bien a estas señoras, no sea que una de ellas descifre tú futuro y a la mejor no es muy prometedor, dejémoslo al destino, por eso yo, mis respetos para las gitanas.
Comentarios sobre este adivinador texto, favor de enviarlo a valdesnoe@yahoo.com
-Muchacho, te leo la mano, te digo el futuro, te ayudo para que consigas fortuna.
-No gracias, así estoy bien.
-Pero muchacho, que yo te puedo ayudar.
-No muchas gracias, se lo agradezco.
Al ver la negativa de mi amigo, la señorita, señora o mejor “seño” para no fallar, optó por retirarse. Le comente a mi amigo; qué bueno que trataste con amabilidad a esa mujer, te voy a contar un hecho al que yo mejor le doy el beneficio de la duda.
En la primavera del 88 del siglo pasado, Manolo Fernández siendo alcalde de la capital veracruzana, quiso hermanar a Xalapa con Salamanca España, digo quiso porque nunca se realizó el hermanamiento, todo quedó en buenos deseos.
Más de ochenta personas fuimos al viejo mundo, llegamos a España y como buenos turistas, el primer día nos fuimos a conocer Madrid, era una mañana fresca, quedaban aun los rezagos del invierno; fuimos a la Plaza Mayor y en uno de los restaurantes que atienden en la explanada tomamos un vinillo y a gozar de la buena vida.
En la mesa estaba Gela Frutis, Enrique García Ramírez, Victoria Tablada, más tarde se unieron a nosotros el maestro Marcelo Ramírez, Carlos Rodríguez, Edmundo Portilla; platicábamos y hacíamos planes para pasarla bien.
Brindábamos cuando se acercó una señora y le dijo a Enrique que si le leía la mano, la respuesta fue negativa y se dirigió a mí, también le dije no y le di las gracias, sin embargo Gela dijo:
-A mi si, que me lean la mano, yo no tengo miedo que me digan el futuro
La señora le tomó la mano derecha, la miro y le dijo.
-A ver qué tenemos aquí, se ve que has vivido bien, tienes un pasado bonito, ¡te gusta la buena vida hijita!, sin embargo en este viaje tú no vas a regresar con los demás, será unos días después.
Gela estaba a mi lado y escuchaba lo que le decía, tengo que reconocer que pensé que le iba a decir lo de costumbre, normalmente esas señoras te endulzan el oído diciendo que tiene un futuro prometedor, que vas a encontrar el amor de tu vida, que la fortuna te va a sonreír y muchas cosas así; esa señora le dijo a nuestra compañera algo diferente.
-En este viaje tú no vas a regresar con los demás, será unos días después. Retornaras a tu patria, asistirás a una fiesta y ahí recibirás una mala noticia
De pronto se me acerco el camarero y quedito me dijo.
-Teneis cuidado vosotros con estas señoras que con el pretexto de que os va a decir la buena fortuna, cogen la bolsa y se la llevan.
Miré para buscar la bolsa de Gela y observé que estaba sobre una silla, estuve pendiente hasta que la mujer se retiró y cuando lo hizo comentamos lo que la gitana le había dicho, no le dimos importancia a la predicción y seguimos disfrutando.
Al día siguiente viajamos a Salamanca; en Segovia comimos en el restaurante de “Cándido”, Manolo ese día se incorporó al grupo ya que él voló a París y de ahí a Madrid. No se de quién carájos fue el de la idea de que en una copa gigante la llenaran de brandy y todos bebimos un sorbo, alguien traía gripa y la mayoría se contaminó.
Por la noche llegamos a Salamanca y en el hotel compré una botella de XO Génesis, Enrique, Gela, Carlos Rodríguez y un servidor nos la tomamos, Gela solo tomó una copa porque se empezó a sentir resfriada, al día siguiente fuimos al ayuntamiento a la ceremonia y nuestra compañera se seguía sintiendo mal.
Se llevó a cabo la ceremonia, solo nos recibió el alcalde Troconis y el Concejal de cultura, fue una ceremonia rápida, ya que el ayuntamiento tenía problemas, no estuvo el cabildo en pleno, de la hermanación solo quedó la promesa de que por valija diplomática enviarían la respuesta.
Regresamos a Madrid y la mayoría de los aztecas seguían enfermos, los que tomamos el XO tuvimos la fortuna de no contagiarnos, la hacíamos de enfermeros y teníamos que andar buscando las medicinas por la ciudad; llego el día en que cada quien tomó su camino, unos a Rusia, otros a París, otros a Roma y yo regresé a México (o a Mi Xico), Gela permaneció en el hotel y días después ya que había superado su tropiezo de salud regresó a su patria.
En abril de 1989, a un año de que habíamos paseado por la Madre Patria, Enrique García me habló y me dijo que celebráramos el aniversario del viaje con una comida, nos reunimos en el restaurante “El Quijote”; le llevé de regalo a Gela la foto donde le están leyendo la mano y le puse un texto que decía, “regresarás a tu patria, asistirás a una fiesta y ahí recibirás una mala noticia”. Cuando leyó el texto abrió los ojos cual grandes son y me preguntó:
-¿Quien te dijo eso?
-Lo escuche cuando la gitana te leyó la mano.
-Pues has de saber que todo lo que me dijo esa señora salió cierto. Regresé después que ustedes, llegué al aeropuerto de México y de ahí volé a Veracruz para asistir a una boda y ahí recibí la noticia de que mi amiga Flavia Isabel había fallecido en Puebla, todo lo que me predijo la gitana se cumplió tal cual.
Paisano ya entendiste por qué es mejor tratar bien a estas señoras, no sea que una de ellas descifre tú futuro y a la mejor no es muy prometedor, dejémoslo al destino, por eso yo, mis respetos para las gitanas.
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