Con el Marqués de Iria Flavia


Noé Valdés

Días antes del 10 de diciembre de 1989, cuando ya se sabía que Camilo José Cela había sido elegido para el Premio Nobel; en la capital española un periodista le pregunto, ¿No le sorprendió que fuera nominado para el premio Nobel de Literatura?, a lo que el escritor le respondió, ¡no!, me hubiera sorprendido que me escogieran para el premio Nobel de física o de química, volvió el periodista a preguntar, ¿Qué va hacer con el dinero del premio?, pagar algunas deudillas que tengo por ahí.
Así se las gastaba Camilo José Cela, era un hombre de buen humor, no rehuía a las preguntas de los periodistas, los mismos reporteros tenían que pensar bien lo que le iban a preguntar, sabían que para todo tenía una respuesta, era un hombre de contestación inmediata, grato y, yo agregaría dos mas del léxico juvenil jalapeño, buena honda y chido.
Por eso aprovechando mi estancia en la Ciudad Santa de Santiago de Compostela y para darme un relax después de haber terminado la jornada del peregrinar por el milenario Camino de Santiago, me di un tiempo y me trasladé a la ciudad de Padrón, concretamente a Iria Flavia, la ciudad donde vio la luz primera Camilo José Cela y ahí mismo, en el panteón municipal, descansan los restos del Premio Nobel.
Llegue a una hora inapropiada, no de visitas a la casa de Camilo, toque la puerta un poco desconsolado de llegar a una hora impropia. Don Daniel, la persona encargada de cuidar el inmueble, le comente que un mexicano quería conocer la casa de un laureado escritor, me miró de pies a cabeza y haciendo un gesto de confianza me hizo el favor de permitirme entrar a la residencia, así fue como puede admirar a mis anchas cómo es el interior de la casa del Premio Nobel, para empezar quiero decir que hay una estancia muy amplia y una escalera que conduce a los aposentos del primer piso, pegados a la pared de la escalera están varios bocetos que artistas como Picazo, le hicieron y obsequiaron a Camilo.
En la sala, presidida por una fotografía de cuerpo completo del Rey Juan Carlos, una sala de estar de piel y en las paredes muchos reconocimientos que le fueron otorgados a Camilo por diferentes instituciones y universidades, en la mesa de centro que es al mismo tiempo como una especie de vitrina horizontal, hay cosas personales como un reloj, cadenas de diferentes elementos y se observa hasta una cajetilla de cerillos.
En la biblioteca muchos libros, una fotografía de cara completa de Camilo, un especie de álbum fotográfico abierto y extendido en donde se observan imágenes de Camilo de cuando era niño y gran parte de su vida literaria, se pueden apreciar fotografías con personajes que yo en lo personal no identifico, es posible que sean amigos o familiares.
En otra sala también con asientos de piel y de nuevo otra mesa de centro y que es como la anterior, donde se observan objetos personales del premio nobel. También se encuentran todos los borradores originales de sus libros, en donde se observan tachaduras, correcciones ortográficas y con rallas señalando en donde se tenía que colocar la corrección, estos manuscritos están expuestos al público pero no se pueden tocar por estar protegidos por un grueso vidrio.
En esa misma sala está una serie de fotografías en donde se observa Camilo con personajes de la literatura como Pablo Neruda, Hemingway, Gabriel García Márquez, Saramago; imágenes con la familia Real de España, y gráficas de la ceremonia del día del evento, cuando recibió el premio Nobel en diciembre de 1989 en Estocolmo Suecia. Esto es lo que pude observar en la casa de Camilo José Cela.
Frente a la residencia está la Iglesia de Santa María de Iria Flavia, como es una iglesia que data de hace mas de 500 años y en esos tiempos las mismas iglesias eran cementerios, hasta el día de hoy lo sigue siendo y se a extendido por todo el atrio.
Ahí , a la sobra de un milenario olivo, descansan los restos y toda la sabiduría de Camilo José Cela, ahí quiso el premio nobel que lo sepultaran, al curioso que pude observar, es que en ese cementerio la mayoría de las tapas de las tumbas son de mármol, en cambio porque –imagino- así lo quiso Camilo, la de él es de un material diferente, no es que sea mas fina sino todo lo contrario, una modesta tapa de cemento, bien hecha, en donde dice, “Camilo José Cela Trulook, Marqués de Iria Flavia 11-V-1916—17-1-2002. En ese cementerio también estuvo sepultada la famosa poetiza española Rosalía de Castro, digo estuvo porque ahora sus restos descansan en un cementerio de la capital española.
Camilo fue sepultado a escasos metros de donde descansan los restos de gran parte de su familia, ahí está sepultado el señor Camilo V. Bertorini, Camilo M. Bertorini. María del Carmen Trulook,Jorge L. Trulook y Josefina Trulook.
En la contra esquina de la casa de Camilo vive la maestra de primaria ya jubilada doña Rosa, nos comenta que ella toda su vida la a vivido ahí y dice que de joven conoció a Camilo, que con el paso de los años lo miraba esporádicamente, que tan solo fue una amistad de saludo con él, también me encontré con el señor José Migens quien ya es jubilado de un aserradero cercano y platica que en ocasiones trabajo en la iglesia de Santa María y que ahí alguna vez saludó a Camilo.
De esta manera, caminado por el mundo, aprovechando el tiempo, tuve la fortuna de estar en la casa donde vivió y en la tumba del autor de la “La familia de Pascual Duarte” el de “La Colmena”, quien hizo el “Pabellón de Reposo”, “Mrs. Habla con su hijo”, ”El Nuevo Lazarillo”, “La Catira” y muchos más; caminé en donde caminó uno de los grandes de la literatura española del siglo XX.
DORMIR BIEN
¿Qué tal duerme amable lectora y lector?, ¡bien!, que bueno, porque los que no duermen bien son los personajes que ya se sienten amarrados para la próxima contienda electoral, ya están que se les queman las habas por que salga la convocatoria; saben que del plato a la boca se cae la sopa y no sea la de malas…Cualquier comentario sobre este caminador texto, favor de enviarlo a valdesnoe@yahoo.com