Saturday, December 27, 2008

Si la envidia fuera tiña

Noé Valdés

En muchas ocasiones hablo tan a la ligera que no me doy cuenta de las tonterías que digo, no miro las tonterías que escribo, algunas veces, simplemente no se quiere uno dar cuenta de esas tonterías, se piensa que por los años que vamos cargando, hay experiencia, que conozco de todo y, la triste realidad es que no conozco nada, es tan solo una porción que no es más grande que lo que podemos tomar con tres dedos.
Con bombo y platillo he presumido a mis amigos que yo no tengo envidia de nada a nadie, que aprendí a darle el valor a lo que mi Dios me ha dado y que aunque no soy conformista, si me basta con lo que tengo para vivir, no tengo mucho dinero, no, en realidad es poco lo que necesito para irla pasando, no aspiro a tener grandes riquezas, con que tenga para comer y a mis hijos no les falte nada, lo de menos es sortear mis necesidades que son en realidad pocas; con eso me doy por bien servido.
Este 22 de diciembre miré en directo por la Televisión Española en vivo y en directo, el desarrollo del sorteo anual de navidad de la lotería nacional de España, por varios minutos observé con que profesionalismo los niños del colegio de San Idelfonso, quienes son los encargados de sacar uno a uno los números y los premios que la lotería da a sus compradores.
Por medio de los locutores que comentaban la transmisión me enteraba de los premios que los pequeños mencionaban y de inmediato daban a conocer en qué ciudad, inclusive hasta en qué café o bar se había vendido el billete premiado, al término el sorteo la misma televisora transmitía en directo, desde las diferentes provincias donde habían caído los premios, entrevistando a los ganadores y a las personas que habían vendido los números agraciados.
Era tanta la algarabía de los que se había sacado los premios que cuando les preguntaban qué iban hacer con el premio, algunos comentaban que pagarían la hipoteca de su casa, otros que terminaría de pagar el automóvil, que viajarían de vacaciones, para los ganadores que eran migrantes comentaban que viajaría a sus países de origen para festejar con sus familias, otros decían que brindarían con sus amigos y muchos comentaban que no sabían en que lo iba a emplear.
Cuando yo miraba esas imágenes en la TV recordé las mentiras que digo cuando expreso que no le tengo envidia de nada a nadie, qué barbaridad, que equivocado estoy, ¡claro que si tengo envidia!; envidiaba a esas personas que aparecían en la TV; aclaro no por haberse sacado la lotería, sino porque me regresé a mi realidad y recordé que aquí en nuestro querido México, si alguien se saca la lotería no puede manifestar su alegría como lo hacen en la madre patria, menos mostrar su rostro en la televisión.
Aquí en México el que se saca la lotería se mantiene en el anonimato, no se lo dice a nadie, ni a la almohada, por temor a ser víctima de secuestro, no puede ni salir en la tele porque los identificarían y lo que fuera un momento dulce se podría convertir en un trago amargo, tanto para el agraciado como para su familia.
Así que estaba muerto de envidia viendo como los españoles disfrutaban gozaban con sus vecinos, sus amigos y con sus familiares el hecho de que este 22 de diciembre la suerte les había sonreído, creo que me darán la razón si digo que nosotros los mexicanos nos morimos de envidia, amables lectoras y lectores, no por el dinero sino porque no podemos gritar a los cuatro vientos ni de lo que la suerte nos regala,
Así que rectifico, si tengo envidia y da coraje porque aquí en México en primer lugar no podemos ver por la TV, en vivo y a todo color cómo se desarrollan los sorteos, solo sabemos que el billete que compramos no salió premiado y vaya usted a saber amable lectora o lector, cómo se realizó el sorteo, aquí no sabemos como es un sorteo, por lo menos en la TV abierta y en la de paga, nunca he visto como se realiza el sorteo.
Alguna vez en los comerciales que en las salas de cine pasaban en los intermedios, miré cómo se hacían los sorteos en la torre de Reforma y Juárez en el DF, pero de eso ya han pasado muchas, si, muchas lunas y jamás he vuelto a saber cómo se realiza un sorteo; se debería de transmitir por lo menos los sorteos magnos, para que de esa manera la lotería gane un poquito, no mucho, de credibilidad.
Mas envidia, hace algunos días dijo el Señor Presidente Calderón que estamos en un país “en vías de desarrollo”, esas palabras me hizo remontarme a los años 70s cuando escuchaba en el sexenio de Echeverría esas palabras, que es cuando yo me entero que existían los políticos, pues desde ese entonces solo he escuchado promesas y un desarrollo de nuestro país a cuenta gotas.
Vuelvo a repetir, si tengo envidia, mucha envidia, porque los españoles con una disciplina que traían desde décadas atrás, con poco han hecho mucho, en treinta años hicieron mucho más que los mexicanos, avanzaron y nos dejaron rezagados en cuestiones democráticas, en carreteras, en la salud, en las escuelas y en muchas cosas más. La incertidumbre que viven los españoles por el grupo de ETA se queda corta con la pobreza que viven millones de mexicanos.
No me queda más que felicitar a los españoles que este 22 de diciembre fueron agraciados y la suerte les sonrió, ahora que ellos también están en franca recesión por la mala planeación de sus proyectos financieros, claro que eso no es privativo de España, en todo el mundo se sufre esa mala ingeniería financiera, bueno pero de lo malo también hay que sacar experiencia, en hora buena para los ganadores.
DORMIR BIEN
¿Qué tal duerme amable lectora y lector, ¡bien!, que bueno, porque los que no duermen bien son todos aquellos jóvenes que le pegan bonito al alcohol y en esta Navidad no dejan dormir ni a sus padres, claro que también hay padres que les roban el sueño a sus jóvenes hijos, bueno, algunos si se duermen, pero para siempre, por sus excesos… Cualquier comentario sobre este envidioso texto, favor de enviarlo a valdesnoe@yahoo.com

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