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7º Aniversario de la BIG BAND LATIN
Noé Valdés
Pocas cosas en la vida son obra de la casualidad, la mayoría son obras que se logran con esfuerzo, con empeño, con fe. Cuando el que escribe conoció a don Froylan Flores, de quien por más de tres décadas ha abrevado él conocimientos de ese gran maestro. Por él, un día conocí al maestro (QPD) Alberto Beltrán, un hombre, que por su capacidad de artista, fue laureado por la academia de las Bellas Artes de México, por la Academia Española, Sueca, Rusa y no sé por cuantas más. El maestro Beltrán, con quien tuve la suerte de acompañarlo siempre que venía a Veracruz, lo tengo que decir, porque así es; desde que se subía al automóvil, se iniciaba la plática y era como abrir una enciclopedia. En esas conversaciones, en varias ocasiones me hablo de su gran amigo Patricio Redondo, un maestro español exiliado, que llegó a Coatzacoalcos en 1940 se instaló en San Andrés Tuxtla y por sus conocimientos pedagógicos fue invitado a trabajar a una secundaria, donde este señor incorporó un programa de educación que se conoce como Técnica Freinet. ¿Por qué quise llegar hasta Celestine Freinet?, porque el pasado 26 de marzo, se cumplió el séptimo aniversario de la Big Band Latin, un ensamble salido de la orquesta Sinfónica infantil y juvenil del DIF Estatal y en su invitación me llamó mucho la atención uno de sus renglones que dice. “Si se trata de plasmar en imágenes y sonidos, el alma transparente de un niño, seguro sería con música”. Freinet decía que había que darles voz a los niños, con la idea de que ellos mismos supieran cómo buscar y construir su propio conocimiento y ligarla a las necesidades de la vida cotidiana; de lo que se trata es que los niños sean constructores del conocimiento. El maestro Jorge Alberto Morales, director de la Orquesta Infantil y Juvenil del DIF y el maestro Fernando Azuara director de la Big Band Latin, precisamente en eso se ha preocupado, en que con los instrumentos, las partituras de la música y la inquietud de los niños, ellos mismos sepan buscar y construir su propio conocimiento. En la enseñanza que reciben los niños en esa escuela de música popular, es importante que cada alumno aprenda música, pero que también, desde sus primeros acordes, empiece a crear su propio estilo. Esa posibilidad, para el que quiere aprender música le es atractivo, porque no hay una exigencia, el alumno va ensayando y va avanzando paulatinamente, de acuerdo como le va entrando al cerebro la música y algo hermoso, todo el que quiera aprender música, ahí tiene cabida, porque en esa escuela no hay exámenes de admisión. Sé sabe que de esa escuela han salido valores de la música. Jóvenes que hoy se encuentran vertiendo sus conocimientos fuera de nuestras fronteras y otros en algunas orquestas en diferentes ciudades de México, lo que nos dice que el aprendizaje está garantizado. Por eso, hace unos días, el ensamble celebró el séptimo aniversario; los que asistimos al concierto fue un verdadero agasajo para los sentidos, porque a través de la música nos hicieron viajar en el tiempo, desde los años cuarenta del siglo pasado, hasta nuestros días. Los cuarenta y tantos chavos integrantes de la banda y con tan solo diez y ocho melodías, disfrute de un hermoso paseo, desde la primera pieza, que fue Manteca y con la voz de Emilio Rafael me hizo recordar a Frank Sinatra, Sammi Davis, Paul Anka. Los chicos, a partir de ahí me hicieron y creo que a todos los concurrentes, subir a un vehículo que nos regresó en el tiempo, escuchar Serenata a la luz de la luna, hizo que pensáramos en aquellos desvelados novios de los 70s llevándole gallo a la novia, recordamos el fin de la segunda guerra mundial, imaginábamos aquellos viejos automóviles, los cafés, los pantalones aguados, los peinados, las gafas. Hasta la Border Patrol que tanto padecen los migrantes, me vino a la mente cuando escuche Patrulla Americana. Con La chula linda recordé a Dámaso Pérez Prado y las películas que se filmaron en su época y la expulsión de la –foca- del país, cuando quiso hacer el Himno Nacional mexicanos en mambo y hasta recordé al ex alcalde de Xalapa Carlos Padilla quien era compadre de Pérez Prado. Cuando los chicos de la banda lanzaron sus voces al aire con la melodía Frenesí del compositor Alberto Domínguez, recordé mis años mozos, porque en aquellos tiempos sí que se amaba con frenesí, no como ahora, que te quiero esta semana y la otra haber quien sigue. Solo quiero compartir una emoción más, la que sentí cuando se dejaron escuchar desde los primeros acordes de la canción del cubano Miguel Matamoros con sus Lagrimas Negras, Recordé a mi amigo Jaime Cortez (QPD), con quien disfrutamos todos sus amigos que nos dedicamos al periodismo, cuando andábamos en la bohemia, él siempre la pedía. Y así, de sorpresa en sorpresa, disfrutando los ahí presentes en el auditoria Lerdo de Tejada, de la LXII Legislatura del Estado, el lugar perfecto, por su buena acústica para celebrar esos 7 años de existencia de la BIG Band Latin. Felicitamos a los integrantes de esa banda y a los maestros que aportan su granito de arena para que los chavos se preparen, entendemos que ha sido una labor titánica. Y es que se tiene que tomar las cosas de acuerdo a los tiempos que estamos viviendo. Hoy conseguir trabajo es difícil, sin estudios más. Con la música, se les está dando a los niños, a temprana edad, armas para enfrentar el futuro inmediato, con una profesión, que les va a servir para que enfrenten la vida con dignidad, con la frente en alto, realizando un trabajo que le gusta al mundo. A los invitados que no asistieron al concierto por cuestiones de trabajo y que solo mandaron a sus representantes, como Toño Nemi del DIF, nuestra alcaldesa de la capital, Elizabeth Morales, nuestro Secretario de Educación Adolfo Mota, a ellos les quiero decir que no saben de que hermosa velada se perdieron. Los chavos echaron la casa a través de sus instrumentos, de su habilidad y su gracia. Felicidades a la banda y que cumplan con las futuras generaciones de músicos que salgan de esa escuela, 100 años y más. DORMIR BIEN ¿Qué tal duerme amable lectora y lector?, ¡bien!, que bueno, yo también duermo bien, estoy convencido que en esta semana santa la voy a pasar en el templo y en casa, la lana no ha llegado y no puedo gastar lo que no tengo y, no me quita el sueño, me queda claro que en esta Semana Santa no veo claro, que nanay de piña…Cualquier comentario sobre este hidráulico texto, favor de enviarlo a valdesnoe@hotmail.com
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