Thursday, September 27, 2007

Marcel Marceau en Jalapa, por Noé Valdés

En la primavera de 1976 del siglo pasado, cuando yo apenas contaba con 22 años de edad, una mañana me buscó una amiga para decirme que había comprado boletos para ir al teatro, le pregunté que obra se presentaba y me dijo:
-¡No hombre!, hoy se presenta el mimo francés Marcel Marceau y va a estar a todo dar.
- ¿Y de qué se trata?
-Pues no sé, los que me recomendaron ir al teatro me dicen que no me voy a arrepentir.
-Pues entonces, nos vamos al teatro.
Ese día o mejor dicho, esa noche tuve la oportunidad de saber qué era un “mimo” y me dio mucho gusto conocer en persona, de carne y hueso, al Mimo Marcel Marceau, su nombre verdadero fue Marcel Mantel, descendiente de padres judíos quienes murieron en el campo de concentración de Auschwitz.
Aunque se que posteriormente Marcel en varias ocasiones se presentó en Jalapa, yo solo una vez disfruté de su presentación; se que al mimo le gustaba venir a México, no se si ya había estado en la Atenas Veracruzana, lo que si se es que en ese año conocí a Marcel y quedé prendido de su fantástico teatro de pantomima.
Marcel no necesitó hablar los diferentes idiomas del mundo para que lo entendieran, bastaba con que aparecieran sus piernas entre los telones y en la oscuridad para que empezara la diversión, el movimiento de las manos, las gesticulaciones, en pocas palabras, -palabras que el no pronunciaba- el profesionalismo de su actuación, siempre sencillo, era lo que arrancaba las sonoras carcajadas que aún retumban en mis sentidos de aquella inolvidable velada de hace más de treinta años con Marcel en el teatro.
Estoy seguro que muchos de los que hoy sabemos de su fallecimiento, recordamos con alegría los momentos inolvidables que este señor nos hizo vivir, Marcel fue un mimo del que pasarán muchos años y se le recordará como si aun estuviera entre nosotros, Marcel creo a Bip, un personaje fetiche, un Pierrot de gestos aéreos, de rostro blanco y boca roja, Marcel Marceau se presentó en los teatros del todo el mundo.
Nació el 22 de marzo de 1923 en Estrasburgo, al este de Francia. Sobreviviente del Holocausto y activo en la resistencia civil francesa. Hizo sus estudios en el liceo de Estrasburgo y en la Ëcole des Beaux Arts de París y fue discípulo del gran actor Ch. Dullin y del mimo Étienne Decroux. Formó parte de la compañía teatral Renaud-Barrault (1946-49) y en 1949 formó su propio grupo de mimos.
Hizo populares en todos los escenarios europeos argumentos de mimos como Le manteau, Le joueur de flúte, Soriana et Galvau, Pierrot de Montmartre. Llevó el arte del mimo a cumbres inalcanzables; admirado como el par de Charlies Chaplin y Búster Keaton en Estados Unidos; venerado en Japón, también en America Latina y en Rusia.
Marceau de apariencia frágil pero con gran vivacidad, fue el artífice del renacimiento tras la segunda guerra mundial, del arte de la pantomima que había sido opacada por el cine mudo de Chaplin, Keaton o El Gordo y El Flaco –Laurel y Ardí-.
Marcel Marceau demostró su versatilidad en cinematografía, tales como Barbarilla con Jane Fonda dirigida por Roger Vadrim; Shanks, dirigida por Bill Castle, en la que combina su arte del silencio interpretando a un titiritero sordomudo y a un científico loco parlante. En la película muda de Mel Brooks la única palabra que dijo fue “No”.
Este sábado 22 de septiembre Marcel Marceau confirmó e hizo extensiva al más allá su actuación de Mimo, Marcel se nos fue al mundo del silencio, informaron en París que del más famoso mimo del mundo ya descansan sus restos en el panteón Pere Lachaise donde también está sepultado el escritor Balzac y el músico Chopan, se sabe que sepultaron a Marcel cerca de la tumba de Jim Morrison, dos personajes que triunfaron , uno con el estridentísimo del rock y quien dijo “ creo que soy un ser inteligente y sensible, pero con el alma de un payaso” y el otro con el silencio; nos deja un legado de actuación que no olvidaremos como “El fabricante de máscaras”, “El jardín público” y el famoso “Adolescencia, madurez, vejez y muerte”.
El adoraba a las estrellas del cine mudo como Chaplin, Búster Keaton y los hermanos Marx y los imitó desde pequeño, hasta convertirse en el artista por excelencia de la pantomima y la expresión corporal. Hoy ya está cerca de esas estrellas que tanto admiró, descanse en paz Marcel Marceau…Cualquier comentario sobre este sentido texto favor de enviarlo a valdesnoe@yahoo.com

Sunday, September 23, 2007

Damos el grito, por Noé Valdés



Este quince de septiembre como todos los años se escuchó por todo México el grito de independencia. Desde la Presidencia de la República el presidente Calderón ondeó la bandera y tañó la campana que un día Miguel Hidalgo hizo sonar para iniciar la lucha por la independencia.
En los 32 estados de la república los gobernadores hicieron lo propio; en los ayuntamientos de toda la geografía mexicana lo mismo y en las embajadas de México en el mundo también, (en algunas) se acordaron que en otros tiempos hubo héroes que nos dieron patria y libertad.
Todos lo hicimos a nuestro estilo, a nuestra manera de ver las cosas, como dicen, de acuerdo como nos va en la fiesta, porque no podemos gritar de alegría cuando se tiene un cúmulo de deficiencias, para algunos les es difícil hablar de pobreza teniendo la mesa llena, no sería posible que alguien se quejara que tiene hambre teniendo comida de sobra, así que todos lo hicimos de acuerdo a nuestra apreciación.
Los Indígenas de la Huasteca en la región de Tantoyuca, los de la Huasteca Nahua en la región de Chicontepec, los Totonaca en la región de Papantla, los indígenas Nahua en la región de Zongolica y los Popoluca en la región de Soteapan dieron el grito pidiendo que se les haga mejores caminos para poder sacar al mercado sus productos y que tengan mejores precios.
Dieron el grito pidiendo que haya mejores hospitales y que ellos tengan acceso a esos centros de salud, dieron el grito pidiendo que sus hijos se preparen mejor en escuelas que estén al alcance de ellos, gritaron porque se les respete sus usos y costumbres, gritaron porque sus mujeres den a luz en un lugar adecuado y limpio, no en el abandono de sus hogares enclavados en las montañas.
Gritaron, en pocas palabras porque se les haga justicia, porque se les trate como humanos, gritaron porque los delitos se aclaren, gritaron porque su familiares que están en las cárceles por no tener una buena defensa, una defensa que hablara su idioma y en las más de las ocasiones, por delitos que no cometieron.
De esa manera gritaron este quince de septiembre los indígenas de Veracruz.

Aquí en Jalapa Tío Fide también dio el grito, fue un grito lleno de emoción, sobre todo de confianza de saber que de aquí en adelante la tarea no será fácil pero más liviana, no tendrá el congreso en contra, el “no” en contra de Fidel para la LXI legislatura entrante no le está permitido pronunciar, bueno, ¿Qué me pasa? ya me estoy desviando del grito. Todos los que abarrotaron el centro la noche del quince también saben por qué gritaron.
Unos lo hicieron porque ya están hartos de que los bancos les cobren tantos intereses en los préstamos, en las tarjetas de crédito, en los paguitos de 13 meses sin intereses y si te atrasas uno te cobran todos los intereses del año, también gritaron por que la porquería de intereses que pagan los bancos a los usuarios de la banca es algo que no da risa sino rabia, hay una desigualdad abismal en ese aspecto, no se miden estos usureros, pues por esa pequeña razón algunos gritaron.
Otros gritaron porque ya no le suban tanto al precio de las medicinas, que los atiendan mejor en los centros hospitalarios y que no les cobren tanto, gritaron por que la educación oficial gratuita no sea tan cara, y que las escuelas privadas no cobre precios estratosféricos. Las amas de casa gritaron porque el dinero por más que lo estiran no alcanza y cada día que pasa la familia se “alimenta” de manera más raquítica.
Mucha gente gritó porque los taxis no abusen de los usuarios, porque el servicio urbano haga bien su trabajo, por que las refacciones para todo tipo de aparato sean más económicas pero que no sean chinas porque esas duran solo la víspera y los que más gritaron fueron los que no quieren que suban los energéticos, porque la escalada de precios será imparable, la carrera de precios y salarios siempre será de una competencia desleal, con una ventaja de todo el mundo en contra de los que menos tienen, en contra de las clases más desprotegidas.
Y en todo el litoral de Veracruz también hubo grito, los pescadores también gritaron, ellos no tienen oportunidades ni pro campo, porque en ese caso sería -pro mar- pero a ellos no les llegan tan a menudo los apoyos del gobierno, los pescadores saben que si hay buen tiempo pescan y sino hay que aguantar el temporal o salir retar al mar y enfrentar todas las vicisitudes que sean necesarias con tal de traer el sustento a la familia, a ellos también les afecta que los precios de la gasolina suban y por eso gritaron más fuerte.
Y los que dieron el grito pero con el agua hasta el cuello fueron los que habitan en la rivera del Panuco, algunos gritaron otros lloraron porque perdieron la mayor parte de sus pertenencias, ellos gritan y claman que les llegue la ayuda oficial, ya sea del color que sea pero que llegue, realmente la necesitan.
En fin esto del grito lo hacemos no solo el quince de septiembre, lo hacemos todos los días: lástima que creo, perdón no creo, lo hacemos en el valle del silencio, gritamos en el desierto y nadie nos escucha, gritamos, protestamos y nos encueramos y nadie nos hace caso, les mostramos nuestras miserias a los turistas nacionales y extranjeros y no hay autoridad que le importe.
Seguiremos gritando y clamando y si es necesario porque no quede de otra, rogando, hasta que se haga justicia a los indígenas, que se les trate con respeto, porque son humanos como nosotros, con la diferencia que ellos son nuestra identidad, el de donde venimos, por eso merecen todo nuestro respeto, los ciudadanos de las grandes poblaciones también merecen nuestro respeto, los obreros, los comerciantes, los empleados, las amas de casa, los maestros, por todos seguiremos gritando para que se haga justicia y algún día, -como en las historias del cine- vivamos en un mundo feliz… Cualquier comentario por este gritón texto, favor de enviarlo a valdenoe@yahoo.com